Esquire hace un recuento del pelito Trump vs. NFL. Dos de los elementos más sagrados de la cultura estadounidense son probablemente su patriotismo y los deportes, si los enfrentas, las consecuencias pueden ser catastróficas y con un efecto polarizante que no le hace bien a nadie.
Por Juan Pablo Espinosa
Todo comenzó en la pretemporada de la NFL de 2016 cuando el mariscal de campo, Colin Kaepernick, decidió permanecer sentado durante el Himno Nacional de los Estados Unidos, algo que se consideró como una afrenta sin precedentes por parte de un jugador afroamericano de origen norteamericano. La referencia más directa era lo realizado por Tommie Smith y John Carlos, representantes del Black Power, cuando protestaron con el puño en alto en los Juegos Olímpicos de México 1968.
Tras ser cuestionado, Kaepernick dejó en claro el porqué de su protesta: “No me voy a poner de pie para mostrar orgullo por la bandera de un país que oprime a la gente negra o de color. Para mí, esto es más grande que el fútbol americano y sería egoísta de mi parte mirar hacia otro lado. Hay cuerpos en las calles y gente a la que se le paga por huir después de cometer un asesinato”, comentó. De esta manera, el QB protestaba airadamente contra la brutalidad policíaca, específicamente contra las minorías en diversos casos por todo Estados Unidos.
Las reacciones no se hicieron esperar, prácticamente todos los jugadores y coaches de la NFL, de manera unánime, rechazaron la forma de protesta, pues lo entendían como una ofensa directa hacia los veteranos del ejército que han dado la vida por su país. Ante esto, Kaepernick afirmó que no cambiaría su postura; sin embargo, luego de consultar con el exsoldado y jugador de la NFL, decidió que no se quedaría sentado, se arrodillaría para mostrar respeto por los caídos, pero aún así mostrar su des- contento con la política actual estadounidense, pero sobre todo con la línea de racismo y xenofobia que parecía haber impuesto el presidente entrante, Donald Trump.
Al darse cuenta de que la protesta del otrora mariscal de San Francisco tenía mucha más sustancia y ante el surgimiento de nuevos casos de racismo y abuso policial, varios jugadores comenzaron a arrodillarse durante el himno, en un principio prácticamente todos eran jugadores de raza negra. Para el inicio de la temporada, Eric Reid, compañero de Colin, así como Jeremy Lane de Seattle y Brandon Marshall, además de Megan Rapinoe, de la Selección Femenil de EE. UU., se arrodillaron durante el himno.
Rápidamente, el movimiento se extendió por toda la NFL e incluso saltó a otros deportes. Lo que comenzó como una “simple” protesta de un partido se había convertido en un movimiento que polarizó al deporte más importante de la nación estadounidense. Los jugadores no sólo protestaban en el campo, tomaban el micrófono para exigir justicia y equidad hacia las minorías. Con todo y que Kaepernick fue dejado en libertad por los 49ers, el movimiento que comenzó lo llevó a ser considerado uno de los finalistas como Personaje del Año de la revista Time, pues dio luz a un tema que los norteamericanos obviaron por muchos años.
Aunque Colin ya no estaba en la NFL, las protestas durante los partidos continuaron, teniendo una voz antagonista en la persona de Donald Trump, quien en septiembre de 2017 se dirigió de manera tajante al tema: “¿No les encantaría ver que uno de estos dueños de la NFL, cuando alguien falta al respeto a nuestra bandera giga ‘saquen a ese hijo de perra del campo ahora mismo, está despedido’? Algún dueño lo hará, dirá: ‘El que falte al respeto a la bandera, está despedido’. Lo harán y será la persona más popular del país”, sentenció.

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Por supuesto, las palabras causaron escozor en prácticamente todos los equipos de la Liga, pues siempre fueron claros en que la protesta no era para faltar al respeto ni a los veteranos ni a la bandera, sino a las condiciones sociales en el país. Con esto, dueños y jugadores protestaron juntos. Varios rosters se quedaron en el vestidor durante el himno nacional. Otros equipos salieron con los brazos enlazados para mostrar unión en un momento tan álgido. Dueños como Shahid Kan de Jacksonville o Jerry Jones de los Vaqueros y conocidos republicanos, se pararon codo con codo con sus jugadores para protestar al unísono.
El alcance de la protesta sí mimetizó a otras disciplinas, en la NBA jugadores como LeBron James y Stephen Curry, si bien no protestaron en la duela, fueron muy vocales en su repudio al presidente Trump y sus políticas cuando ganaron el campeonato con un año de diferencia, ambos expresaron su negativa a visitar la Casa Blanca. Incluso en las Grandes Ligas, y con todo y que el béisbol es considerado el deporte más tradicionalista, Bruce Maxwell, jugador de los Atléticos de Oakland, también se arrodilló durante el himno luego de él mismo ser víctima de la fuerza policíaca excesiva.
Al finalizar la temporada se habló de cambiar las reglas para sancionar a aquellos que faltaran al respeto al himno, sin embargo, tanto el Sindicato de Jugadores como los dueños parecían llegar a un acuerdo donde no habría tal reforma. Pero, en mayo los dueños cambiaron su parecer y sin consultar a los jugadores anunciaron cambios en la reglamentación. Aunque da la opción de permanecer en los vestidores durante el himno, todo jugador que decida estar en el terreno de juego debe mostrar respeto a la bandera y al himno. Si el deportista decide hacer una demostración, la Liga multará al equipo. El equipo a su vez podrá sancionar al jugador.
Ningún jugador fue consultado y como tal se prevé una reacción opositora fuerte en un momento en que Estados Unidos se encuentra dividido y sufriendo un racismo recalcitrante. La NFL, el deporte de América se erige como un vehículo que deberá buscar la unión y al mismo tiempo darle voz a una de las minorías más vilipendiadas en la historia del vecino país del norte.

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El conflicto Trump vs. NFL en frases
“Los jugadores que no quieren pararse al escuchar el himno no deberían estar en la Liga. Tal vez no deberían estar en el país”. – Donald Trump.
“Decir que quien no piensa como él no debería estar en el país, no es muy empático. No es muy patriótico. Es una tristeza que el mismo presidente esté contradiciendo las bases con las que fue fundado este país”. – Doug Baldwin, receptor de los Seahawks de Seattle.
“Es un asco. Tenemos libertad de expresión, ¿no? Libertad para protestar. Ahora resulta que por protestar nos van a SACAR DEL PAÍS. Así no funcionan las cosas”. – Brandon Marshall, receptor de los Seahawks de Seattle.
“Es muy triste, amigo… nuestro presidente es un pendejo”. – LeSean McCoy, corredor de los Bills de Buffalo.
“El comportamiento del presidente es inaceptable. ¡¡Si no condenas esta retórica divisora la estás aceptando!!”. – Richard Sherman, cornerback de los 49s de San Francisco.