Malas noticias hermano, pues parece que uno ya no puede ni olfatear deliciosos (y grasosos) platillos a gusto. Oler comida engorda.
Se dice que la comida entra por los ojos. Pero además de la vista y el gusto -evidentemente-, hay otro sentido que entra en juego: el olfato. Y es que no nos dejarás mentir; no hay placer más auténtico que el de oler un gran trozo de tocino frito (hasta nos encantaría encapsular dicho aroma en un frasco para poder olerlo todo el día, ¿o no?). Sin embargo, tras leer los descubrimientos de un nuevo estudio, no querrás hacerlo tan seguido…
Malas -malísimas- noticias: Investigadores de la universidad de Berkeley afirman que oler un alimento antes de comerlo podría causar un aumento de peso pues tiene un efecto en el metabolismo.
Cabe aclarar que el estudio se llevó a cabo solo en ratones, pero la correlación sigue siendo bastante notable. Los científicos utilizaron tres grupos de ratones: un conjunto regular, un conjunto cuyo sentido del olfato fue brevemente inhabilitado y un tercer grupo que tenían «súper olfato». Los tres grupos comieron las mismas cantidades de comida. En los resultados, se descubrió que aquellos que tenían el sistema olfativo desordenado apenas ganaron peso, especialmente en comparación con los otros grupos que conservaron el sentido del olor y engordaron.
Entonces, ¿oler la comida engorda? La hipótesis de los científicos es la siguiente: el olfato, al oler comida, advierte al cerebro del inicio del almuerzo y éste responde poniendo nuestro metabolismo en modo ahorro, por tanto, comer sin haber olido la comida no provocaría estos cambios metabólicos.
Sí, puede que sea un poco pronto para extrapolar estas conclusiones para los humanos, sin embargo, el estudio confía en que se realice en el futuro y concluya con el descubrimiento de que el olor provoca el aumento de peso.
(REZAMOS EN QUE NO).