Él ordenó que “les dieran piso”. Él traía la gasolina y el diesel, y dio la orden de quemarlos en el basurero de Cocula, en Guerrero. Él ordenó triturar los huesos de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Finalmente, él dio la orden de meter los restos en las bolsas y de que los tiraran al río San Juan. Eso dice el peritaje de la Procuraduría General de la República (PGR) y eso también dicen los testimonios de “El Pato”, “El Jona” y “El Chereje”. Él es el presunto autor material de la muerte de los jóvenes estudiantes que ha puesto a México en la mira mundial y ha provocado movilizaciones en los cinco continentes.
Él es “El Terco”. También “El Cepillo”. Felipe Rodríguez Salgado, quien fue detenido el jueves 15 de enero de 2015 y ahora está preso en el Penal Federal Número 1 en Almoloya de Juárez, Estado de México, enfrentará un proceso por el homicidio de los 43 estudiantes normalistas. Este supuesto miembro de la organización criminal Guerreros Unidos era un eslabón intermedio, seguía y daba órdenes, y tenía a su cargo un grupo de halcones (espías) y matones, según el mismo peritaje de las autoridades. Este sicario promedio no aparecía en ninguna lista de los más buscados. Cuando el procurador federal Jesús Murillo Karam dio una conferencia de prensa el 7 de noviembre de 2014, no sabía su nombre. Es decir, no sabía que cuando hablaba de “El Terco” y “El Cepillo” estaba hablando de la misma persona. En un primer momento el procurador dijo: «Los detenidos declaran que cuando bajan al lugar donde se habían arrojado y quemado los cuerpos, recibieron la orden de quien apodan ‘El Terco’, de fracturar los restos de los huesos calcinados para ser depositados en bolsas de basura negras”. Y momentos después, en la sesión de preguntas y respuestas, el procurador menciona: «El acto final muestra claramente el deseo pleno de no dejar el menor rastro, quemaron no sólo a los cuerpos con ropa, con su propia ropa, sino que además quemaron la ropa de quienes participaron por instrucciones, si mal no recuerdo, le decían ‘El Cepillo’, que les dijo que toda la ropa que habían usado en el evento fuera quemada también.”
Hoy sabemos que “el Cepillo”, también “el Terco”, es el presunto responsable de todo lo anterior. Lo dicen las autoridades, y lo dice él mismo en un video mostrado por la PGR el 27 de enero pasado durante una conferencia de prensa. En el minuto 5:46 aparece una fotografía de “El Cepillo”, pero ésta no es producto de su detención. El origen de esta fotografía es la página de Facebook de Felipe Rodríguez Salgado.
Fotografía: Facebook de Felipe Salgado Rodríguez
Su página de Facebook curiosamente lleva su nombre completo: Felipe Rodríguez Salgado. No es tan difícil encontrarla. Su foto de perfil está vacía. Cualquiera pensaría que es para ocultar su rostro, pero no. Su foto de portada sí es su cara, aunque está fuera de foco. Su perfil está abierto o, por lo menos, varias de sus publicaciones están al alcance de cualquiera. Tiene 43 amigos, es casado, le gusta “Facebook for every phone” y “Puro Cocula Guerrero”. No es muy activo, pero sí lo suficiente para conocerlo un poco. Le gustan los gallos y la cacería. No hay fotos de trocas, armas, fajos de billetes, tigres, edecanes exuberantes, ni nada de esas cosas.
El 9 de enero de 2013 escribió por primera vez en su muro: “labida es linda pero hay que saberla vivir humilde mente”. Ese, su debut en el mundo de esta red social, daba cuenta de poco, salvo que su ortografía es muy mala.
El 26 de febrero de 2013 publicó una foto de él con mala calidad, probablemente tomada con un celular. El sol quema su cara y el lugar recuerda esos senderos que se veían en las notas de televisión sobre las primeras búsquedas infructuosas de los 43 estudiantes desaparecidos desde septiembre de 2014.
El 13 marzo de ese mismo año subió dos fotografías. En una aparece un gallo y el texto “Este si es gallo :)”. En la otra sale Felipe cargando un venado muerto. Lo acompaña un joven de gorra y camiseta roja sin mangas. El texto dice: “Que buen piedraso le pegue jejeje ;)”. En esta fotografía se puede ver mejor el rostro de Felipe: cachetón, con mirada serena, una expresión de satisfacción, labios gruesos, con el rostro sombreado por una barba incipiente y una cabellera lacia y parada. Quizá por eso le decían “El Cepillo”.
Un día después llegaría un post más revelador: “Traigo la muerte atricada mi bida prende de un ilo porque mis actibidades re lasionadas con bisios jejeje”
Fotografía: Facebook de Felipe Salgado Rodríguez
Eso escribió el 14 de marzo de 2013. Risas, “Jejeje”, su vida pende de un hilo por sus actividades relacionadas con los vicios. Cinco días más tarde, el 19 de marzo, puso un mensaje un tanto críptico: “Cara ala muerte cuando yegaron las balas no era albertensia ni considensia era la muerte en mi cara tiempo que en vida”.
En la primavera de 2013, la vida de Felipe parece que se está volviendo complicada, aunque es difícil saber cómo sería antes. Sólo estos pequeños brochazos de Facebook retratan pasajes presumiblemente de crimen. Otros más inofensivos, como el del 28 de marzo de 2013, dice: “Que buena peda con mi conpas”. Lo ilustra una foto de Felipe en la barra de una cocina, con tres botellas vacías de whisky. Una escena austera, una casa a medio acabar, sólo hay azulejos hasta la mitad de una de las paredes, se ven unas hornillas económicas, cáscaras de aguacate, latas de cerveza y el clásico vaso rojo de plástico. Al fondo hay un mueble de madera sencillo donde ponen contenedores de plástico y de barro.
Fotografía: Facebook de Felipe Salgado Rodríguez
Tal vez Felipe en algún momento compartió alguna de esas botellas de whisky con “El Pato”, su brazo ejecutor. A él, de acuerdo con las investigaciones oficiales, le encargó “darles piso”, matar a los normalistas, junto con “El Jona” y “El Chereje”. Ellos en realidad se llaman Patricio Reyes Landa, Jhonatan Osorio Gómez y Agustín García Reyes, respectivamente. Ellos tres fueron quienes delataron a Felipe.
El 11 y el 12 de abril de 2013, Felipe no pudo evitar la tentación de unas selfies. Las dos fotos son prácticamente idénticas, aunque las subió con un día de diferencia. En una está fuera de foco, que es la que utilizó como foto de portada; la otra es una mejor toma. Nuevamente aparece con una playera gris y gorra. Al fondo se ve lo que pueden ser unas galleras. Él tiene una mirada cansada y un tanto apagada. El lado izquierdo de la boca se nota ligeramente chueco, pero esto no le confiere ningún aire en particular. Podría ser cualquiera. Si te lo encontraras en la calle tal vez no te alarmaría su presencia, hasta le podrías preguntar por dónde ir si estuvieras perdido en Cocula.
Un mes después de su “buena peda”, Felipe al parecer vio a la muerte de cerca. El 27 de abril escribió: “Volví anaser hoy que suerte tengo y mi virjensita que me cuida”. Esta publicación tuvo un comentario especial: por primera vez aparece en esa red social quien después, se puede suponer, sería su esposa. Ella escribió: “Cuídate mucho por favor!! La Virgencita y Jesus nunca no dejan solos!!”. Felipe respondió: “Grasias mija teamo”
La esposa de Felipe tiene su perfil de Facebook abierto y prácticamente todo está al alcance de cualquiera. Su nombre, por seguridad de ella, es mejor mantenerlo anónimo.
Entre los meses de abril y octubre siguieron días de tranquilidad, al menos en el Facebook de Felipe. En mayo posteó la foto de un gallo y un comentario: “Este es mi consentido :)” En junio hay otra selfie. En ella Felipe tiene el torso desnudo y al fondo se ve un río con poco afluente. Un día perfecto de verano para refrescarse. Tal vez es alguna zona del río San Juan donde él ordenó tirar los restos de los 43 normalistas. Esta foto generó una conversación reveladora:
Ramiro Arellano: q onda mi compa estoy esperando su llamada aquí esta limpio sin novedad
Felipe Rodríguez Salgado: Ya esta nadamas aguanta tantito y yo lemarco
Adartse Nartleb Delia: Qq honda terco
La persona de nombre Adartse Nartleb Delia le dice “Terco”, como ya todos lo conocemos ahora. (Adartse Nartleb escrito al revés es Estrada Beltrán)
El 31 de julio publicó una foto en blanco y negro de una pareja de encapuchados que se están dando un beso. La leyenda de la foto dice: “Son los amores prohibidos los que desencadenan las más grandes pasiones”.
Felipe estaba enamorado. O al menos eso parecía. “No e pensado yo la amo y pronto haber boda”, escribió el 27 de octubre. Su novia respondió: “Ya es muy pronto y tengo nervios amor!!!”. Al parecer siempre hay tiempo para pensar en el amor aunque se esté en medio de la muerte.
Felipe anda de buenas. El 9 de noviembre de ese año, escribe: “Mesiento muy felis mis compás amos aecharle padelan-te fiierro”. Su futura esposa le escribió una carita feliz y el mensaje: “te amamos”. Él le respondió: “yo también los amo mis amores”
Te amamos. Los amo mis amores. Plural. Al parecer Felipe ya tiene familia. La foto del perfil de su novia, o esposa, muestra una manita de bebé, aunque no sabemos de quiénes son esas manos.
Fotografía: Facebook de Felipe Salgado Rodríguez
El 15 de febrero de 2014 llegó el día esperado, la boda. Felipe lo anunció en su perfil y su esposa le posteó: “Para siempre!!!”. En el muro de ella no aparece la publicación de la unión. De hecho no aparece nada relacionado con él, no hay likes ni comentarios de Felipe. En ninguno de los dos perfiles hay alguna foto de los dos juntos. Al menos no a la vista de quienes no somos sus amigos en esa red social. Pero lo que sí se puede ver en el de ella es una publicación del 23 de febrero de 2014: “Ningún éxito en la vida justifica el fracaso en la familia, mucho menos en el amor.” ¿Serían las primeras señales de que algo no andaba bien? ¿Hasta dónde sabría la esposa de Felipe sobre sus andanzas?
Por lo menos en el perfil de Felipe siguieron los días felices, como aquel 6 de marzo de 2014, cuando se ve una foto de él y dos personas más con un trofeo enorme por un triunfo en las peleas de gallos: “Que chingon nos trajimos el derbin de iguala mi jente”. Su esposa le escribió: “Lo recuerdo bien, con esa sonrisa llegaste a la casa mi cielo :)”. Esa fue la última vez que ella tuvo alguna actividad en el muro de Felipe.
Fotografía: Facebook de Felipe Salgado Rodríguez
Después vinieron meses de silencio en la red. El 7 de agosto Felipe regresa: “Desia mi conpa ellos piensan que estan locos pero lo que no saben que nosotros somos unos dementes”. Vaya fuerza que cobra esta frase si nos remitimos a un extracto de la declaración ministerial de Felipe, la que según la PGR fue firmada ante la presencia de su defensor:
“…le encargué al Pato que se hiciera cargo de todo, de entrevistas y de darles piso, y que destruyera todo, que quemara celulares y pertenencias de los detenidos ya que esa había sido la instrucción…”
Pues sí, si esto es verdad, son unos dementes.
Entonces comenzó septiembre, el mes que cambiaría la vida de 43 jóvenes y 43 familias. Que cambió la vida del país entero.
El primer día de ese mes algo importante pasó en la vida de Felipe. Hubo tres publicaciones en un sólo día, raro en su estilo: “Unos ban otros mueren y yo sigo igual al millón” y “La lealtad se premia y la traiscion se paga con la vida” (este comentario le valió 5 likes). Y finalmente, el último mensaje que escribió en su muro: “Soy como yo quiero porque soy unico en esta vida y jamas canbiare siempre al millón”.
Fotografía: Facebook de Felipe Salgado Rodríguez
¿A quién le dirigió estas palabras Felipe? ¿Cuántos murieron en esta excitación y venganza? ¿Serán las decenas de cuerpos que aparecieron en las fosas mientras buscaban a los estudiantes?
Si es verdad lo que dicen las autoridades, 25 días después de esa última publicación este hombre daría la orden de matar, quemar, triturar, embolsar y desaparecer a los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Felipe, de ser cierto lo que de él se dice, es el rostro del sicariato tropical, del narco que ya ni siquiera da para grandes lujos, del guerrerense que tal vez no acabó la primaria. En pocas palabras, el retrato de la dualidad: la del tipo que sale a matar y llega a su casa a la hora de la cena para abrazar a su mujer y cargar a su hijo. El 1 de septiembre de 2014 fue su última publicación: “jamás canbiaré”.
Su esposa publicó por última vez el 21 de diciembre del año pasado: “Desde que (…) descubrio que su cuerpecito puede girar, es un remolino en la cama, hasta dormido!! … lo adoro!!” Tuvo 19 likes. La que podría ser la esposa de Felipe es una muchacha menudita de veintitantos años. Ha escrito que se le dificulta subir de peso y de hecho se ve un poco frágil, tiene mirada tímida y piel morena, se le ve sonriente y cariñosa. Postea mensajes positivos de amor y de la vida. Por lo que se ve en su perfil ella es maestra de primaria, sus alumnos la quieren y ella dice que es normalista.
Este 15 de febrero, cuando la pareja cumpla lo que se supone es su primer aniversario de casados, quizá no habrá nada escrito en el muro de ella.
Fotografía: Facebook de Felipe Salgado Rodríguez