Piensas en sexo todo el tiempo y estás hambriento por nuevas maneras de hacer las cosas que te gustan. Este año, podrás hacer que sucedan.
Sexo tántrico
No fue sorpresa cuando Erin habló sobre esta idea. Ya la había sacado con anterioridad y hasta tenía un libro sobre el tema que, supuestamente, debí leer hace tiempo, aunque solo llegué a las ilustraciones. Pero, bueno, he leído las entrevistas que ha dado Sting al respecto. Sabía de qué trata el tantra: prolongar el sexo en una manera vagamente budista, que sirve para producir un clímax alucinante.
«Cuenta conmigo», le comenté.
«Ok, pero, ¿leíste el libro, verdad?», preguntó Erin.
«Claro», respondí. «Sabes que no todo es sexo». «Por supuesto», dije. «El tema no es centrarse en los orgasmos». «Seguro».
«Habrán sesiones en que todo lo que haremos será respirar juntos».
«Un momento…», dudé.
La discusión que siguió fue tan mala como podrás imaginar. Yo decía cosas como: «¿No podríamos mejor hacerlo en silencio cuando regreses sudada del yoga?». Al parecer, estaba surgiendo un patrón en nuestras resoluciones. Erin se enfocaba en actividades que involucraban una buena cantidad de actividad emocional (a falta de un mejor término). Yo, como hombre, estaba concentrado en renovar nuestro repertorio físico.
FORJA UNA CONEXIÓN
El tantra no solamente consiste en tener orgasmos, sino en establecer una conexión. Schwartz sugiere un movimiento básico: «Mírense uno al otro, vestidos o desvestidos. Coloquen sus manos en el pecho del otro para sentir el latido de su corazón y después traten de sincronizar su respiración».
Yoga sucio
La siguiente sugerencia de Erin me pareció el balance perfecto de nuestras agendas: yoga sucio. Esto involucraría bajar al sótano cuando los niños estuvieran dormidos, desvestirnos, subirle a la temperatura y permitirle al yoga que afloje nuestros músculos e inhibiciones. Mi esposa es una entusiasta de esta disciplina, para ella es casi una práctica espiritual. Muchas veces me ha invitado a que lo practique para aliviar mi rigidez y calmar mis nervios. Como podía ver, Erin trataba de integrar nuestras necesidades que a veces eran dispares. «¿Podemos hacer eso ahora?», pregunté.
ESTIRA TUS LÍMITES
Practicar yoga con algún compañero puede mejorar tu vida sexual. De acuerdo con un estudio publicado en el Journal of Sexual Medicine, esta disciplina mejora la función sexual en los hombres. Además, algunos investigadores de la Universidad Loyola descubrieron que las parejas que lo ejercen mejoraron la confianza que tienen entre sí.