¿Pensaste que para septiembre todos estaríamos de vuelta en las calles? ¿Que volveríamos a una conciencia plena del calendario? ¿Que la «nueva normalidad» nos regresaría un poco de esa vida cotidiana que tanto decimos extrañar? ¡Já! Una parte de nosotros también, pero otra nos ha exigido a diario ser más sensibles con lo que sucede en el mundo entero y lo que vivimos en redes sociales. Ser más cautelosos con lo que esperamos, decimos o hacemos; tanto en lo físico como en lo virtual –ahora que nuestras experiencias se han digitalizado tanto–.
Al interior de Esquire no hemos parado entonces de pensar si estamos preparados del todo para tan ansiado retorno o es que todavía debemos aprender algo de este aplazado des-confinamiento.
En otras circunstancias, ya hubiéramos leído en Facebook o Instagram hashtags como #SeptiembreSorpréndeme, #BienvenidoSeptiembre o #SeptiembreAhíTeVoy. Pero hoy no es así. Por fortuna, esas frases remilgadas e incluso pretenciosas no han saltado tanto a la luz esta vez. Ahora, vemos el tiempo con cautela. Le respetamos. Ya nadie necesita frases superfluas –¡y vaya que eso está bien!–, porque más urgen actos genuinos de esperanza y cambio post-covid que solitarias palabras.
Siempre, leer es entender el mundo. Ver nuevos e interesantes contenidos es aprender a diario de las realidades que son distintas a la nuestra. Es plantear futuros.
En la redacción digital de Esquire queremos atender esto con más fuerza que nunca. Hacer de septiembre y los meses por venir una franca oportunidad de transformación y de infinitas posibilidades.
Para este mes, nos hemos dado una buena zambullida al corazón de este título y hemos decidido traer al frente digital lo que nos ha definido por tantas décadas, sin dejar de mirar al mañana. Enfocados siempre en el hombre moderno que piensa y revoluciona, septiembre nos suena perfecto para reafirmar nuestro mantra de estilo y (sobre todo) sustancia. Fondo, relevancia y propuesta, para decirlo de una vez.
No podemos seguir pidiendo a los meses que nos sorprendan si nosotros no damos nada interesante. Si no pisamos fuerte ante una cotidianidad de cambios frenéticos. Allá afuera ya no es el mismo lugar que hace unos cuantos meses; nosotros también debemos evolucionar. Y eso es bueno. Porque para qué queremos más de lo mismo, si lo que apremia es construir mejores y legítimas alternativas del presente. #ManAtHisBest