Las nalgadas zen son una práctica muy parecida al ya conocido BDSM, ¿cuál es el gran diferenciador que existe detrás de este ritual sexual?
¿Tu pareja leyó la novela erótica de ‘50 Sombras de Gray‘? Seguramente tuvo curiosidad por intentar cosas nuevas en la cama, sobre todo, experimentar el sadomasoquismo. Pero antes de que los dos se sumergen directamente en el sometimiento, es posible que quieran comenzar con
algo un poco más ligero, algo un poco más «zen«.
Es por eso que te presentamos las «nalgadas zen«. No es muy diferente del viejo conocido BDSM (término creado para abarcar un grupo de prácticas y fantasías eróticas), excepto que sus practicantes ponen un gran énfasis en la conexión entre los individuos.
«Las nalgadas zen están en el nicho de las desviaciones conscientes», indicó Thomas-Hall, creador de esta práctica, a Echo NetDaily. ¿En qué consisten?
Antes de comenzar con las nalgadas, Thomas-Hall aconseja mirar a los ojos de la pareja durante algún tiempo, mientras ambos realizan ejercicios de respiración. Thomas-Hall cree que estas prácticas ayudan a unir a los involucrados. Pero eso no es lo único que lo
hace zen. Mientras que el BDSM se trata en gran medida sobre la dinámica de poder -con el personaje dominante controlando las acciones- pasa lo opuesto en el nalgueo zen, donde se supone que la parte dominante haga lo que le pide la parte dominada.
Cuando la acción llega a su fin, aún queda trabajo por hacer. Durante el último periodo del nalgueo zen, llega el llamado «cuidado posterior», en la cual la parte dominante debe sostener a la dominada como un bebé mientras reflexionan sobre lo que acaba de pasar. Lo que podría traducirse en un final dulce.
Ahora que sabes en qué consiste, ¿lo practicarías?
Con información de Men’s Health En Español.
Crédito de foto: Cortesía