Aquí te damos el consejo que tu entrenador probablemente no te mencione porque pagas tu mensualidad al gimnasio.
Se te echó la operación verano encima, lo sabemos, nos pasa a todos. Pero esto no es excusa para que sobrecargues tu cuerpo de forma gratuita en el gimnasio. De hecho, es contraproducente.
¿Hasta dónde llegar? Según un estudio de Sports Medicine, informa que llegar al temido ‘fallo muscular’ no es garantía de mejora o beneficio. Este fallo no es otra cosa que el sentimiento de cansancio en el que tu cuerpo te dice, literalmente, que no puede más. Ese último tirón que duele y te deja tenso el músculo, eso es justo lo que has de evitar.
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Nuestras fibras musculares se desgarran más de lo natural para hacernos perder velocidad y fuerza. De hecho, acorde al estudio mencionado, llegar al fallo no te garantiza un crecimiento del músculo, sino más bien te asegura una lesión o una insuficiencia renal.
¿En qué desemboca? En que tu cuerpo se hastíe antes de lo debido y te recuerde que no nació para hacer ejercicio, es decir, se cansé más de lo debido. Lo ideal, según expertos, es quedarse a dos repeticiones de dicho fallo muscular, aunque para ello es necesario conocerse profundamente en la sala de musculación.
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No llevar una correcta disciplina de dicho ejercicio hará que tus tejidos blandos tales como ligamentos o tendones se dañen de forma permanente, lo cual como habrás averiguado a estas alturas, no merece la pena.
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