Porque sí, la primera impresión cuenta (y mucho).
Se ha dicho (y escrito) mucho de cómo actuar en un primer encuentro, pero lo cierto es que no tenemos la fórmula exacta para llegar a su corazón (o a donde quieras que desees llegar), pero sí tenemos el truco que va a hacerlo todo mucho más fácil y cómodo para ti.
La lista de preparatorios es larga: una imagen impecable, conoce sus gustos antes de aventarte a proponer un punto de encuentro, aprende a escucharla –que no es solamente oírla– y elige bien la bebida que pondrás en la mesa, que acabará hablando mucho de tus gustos y de ti.
(Escucha a tu mejor amigo en cuanto a recomendaciones, pero saca tus propias ideas)
Pero si existe un truco que la hará sentirse atraída por tu todo y no por los detalles que intentarás hacerle ver –reconócelo, de ellos, la mitad están exagerados o llevados a la perfección para ese momento-, se trata de tu seguridad personal y humor en el encuentro. Sí, la fachada importa, pero la actitud y una mirada segura serán tus mejores ropajes emocionales para cuando se trate de ser un seductor.
(Sin risas y humor, no hay fiesta)
De entre estos detalles de los que hablábamos, cabe destacar una mirada firme y unas palabras que no suenen a dubitativas. Si algo les atrae es el poder de decisión, lo que no se traduce en una actitud posesiva y egoísta, sino participativa y original. Y nunca lo olvides, una cita divertida y repleta de risas es el mejor pasaporte a una segunda cita, donde podrás demostrar que tu mejor complemento es tu seguridad personal y no tus bienes materiales o superficiales.
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