A pesar de que fumar no está demasiado bien visto en los últimos tiempos, la liga del anti-tabaco es cada vez más fuerte, nadie puede negar que fumar puros es todo un arte. Si hubiera que poner algún pero ese sería quizá su intenso aroma, que atrae igual que genera rechazo.
Salvo alguna mujer -es imposible no recordar a la mítica Sara Montiel puro en mano- el puro está más asociado a la figura masculina. No era extraño ver a los hombres, impecablemente vestidos, sentarse en una butaca de su club de caballeros, mientras degustaban un coñac o un brandy, dos caldos que le van perfectos en una sobremesa. Aunque creamos que es una imagen de otra época, hoy en día vuelve a ser tendencia gracias al auge de los clubes de fumadores, en los que fumar ya no es de proscritos.
El puro, ayer, hoy y siempre, sigue siendo un elemento estrechamente asociado al lifestyle. Obviamente eres un dandy del siglo XXI y como tal deberás mantener unas normas básicas de cortesía, fuera de los espacios de fumadores, de las que imaginamos eres consciente. Ser respetuoso y cívico son dos de tus encantos, no lo olvides.
Muchos son los que fuman puros, está claro, pero no siempre se es un experto y se fuma bien. Para ello, queremos iniciarte en el mundo del puro con tres normas básicas
Cómo cortar
Es uno de los grandes rituales que rodean ese arte habanero. A medida que crece la calidad del puro que se va a degustar, porque para los que los fuman, es pura degustación, la atención que se ponga en el corte debe ser mayor. Así lo afirman en La Casa del Habano de Santiago de Chile, expertos en la materia. ¿Por qué cortarlo? Porque así nos aseguramos dos cosas: no romper la estructura del habano y crear una abertura que facilite la fumada.
No eres John Wayne, así que te recomendamos te hagas con un cortador, guillotina o perforador que te ayude a dar un corte perfecto en la perilla, el trozo circular de tabaco que cubre la cabeza del puro.
Cómo encender
De cómo se encienda un puro dependerá cuánto aguante sin apagarse. Lo ideal es que utilices cerillas de madera, varillas de cedro (como las que acompañan los tubos y cajas de habanos) o encendedores de gas, que evitarán contaminar el puro con aromas externos. Hazlo poco a poco, sin quemar la envoltura externa y girándolo sobre la llama por la parte contrario al lado de la boquilla. Una vez encendido, sopla de forma ligera las brasas y comienza a aspirar y succionar el humo suavemente, para conseguir encenderlo correcto.
Cómo fumar
Lo básico: hacerlo despacio, esperando entre bocanada y bocanada para no calentar en exceso el puro y evitar que se queme rápido. Si quieres ser un buen fumador, recuerda dos cosas muy importantes: rotar el habano mientras succionas, para que vaya consumiéndose de forma pareja y no aspirar el humo. Aprenda a mantenerlo en la boca, a distinguir los aromas que afloran en cada bocanada y a apreciar sólo o acompañado, el arte del habano.
Después de esto, serás un poquito menos amateur y te adentrarás en un nuevo mundo, del que seguiremos mostrando nuevas bondades.
Fotografía: Shutterstock