La experiencia personal de alguien que a afrontado sus 6,8 centímetros con dignidad. Y lo cuenta.
¿Cómo es vivir con un pene que flácido no mide más de 2 centímetros y medio? Puede parecer ajeno, pero esta situación anatómica se da entre varones que, en la mayoría de las ocasiones, crean una coraza emocional respecto al tema difícil de romper. Así es parte de unas declaraciones que un escritor anónimo que narra su historia personal con un micropene:
“Mi micropene es de 2,5 centímetros flácido y 6,8 erecto. También es muy delgado, podría ser como dos salchichas de cóctel cuando está totalmente erecto. Estoy profundamente avergonzado de mi pene, y en parte es debido a las cosas que escucho oír a las mujeres de él, las veces que éstas se burlan del tamaño viril del hombre son demasiadas.
Numerosos estudios científicos han regalado que sí, que para ellas el tamaño minúsculo del miembro es algo indeseable. Tengo 35 años y he tenido sólo una experiencia sexual, que fue humillante, por cierto, hace más de 12 años. Fue en mi época universitaria y cuando me desnudé delante de ella se llevó las manos a la boca y murmuro: ‘De acuerdo…’, en un tono sorprendido. Cuando llegamos al acto, me di cuenta de que el condón me quedaba grande y que se quedaba flácido cada vez que quería entrar en ella. Incluso cuando estaba dentro de aquella mujer, ella me repetía: ‘¿La has introducido?’. Sólo pude hacerle feliz a través del sexo oral, pero su orgasmo fue minúsculo. No pude parar de pensar el nivel de frustración y decepción de la misma…
(¿Está siendo la sociedad justa con la anatomía del hombre como es con la de la mujer?)
Aparte de mis historias personales, los medios de comunicación no ayudan demasiado, nos hacen sentir que no somos lo suficientemente buenos para ellas. Comparo este maltrato mediático con la crítica a mujeres que tienen cuerpos poco aceptados en la sociedad, pero creo que incluso en ese punto es todo muy distinto, ya que los comentarios que defienden a quienes atacan y critican a mujeres con anatomía poco agraciada son mucho mayores que los que se atreven a alzar la voz por un pene pequeño. Nadie los defiende.
Me gustaría que la gente pensara en esto de forma más consciente: si alguien se siente atraído por un hombre lo suficiente como para irse a la cama con él, ¿es justo dejar todo el peso del sexo en el tamaño de su miembro?
Si alguien se pregunta que qué he hecho con mi vida amorosa, la respuesta es simple: nada. Trato de enfocar mi vida en la lectura y otros temas que me interesan. Los chicos con micropenes ya sabemos que no estamos dotados, no hace falta que ellas nos lo recuerden. Yo si me siento atraído por una mujer no me importa lo que guarda en sus pantalones, me importa más su corazón. La profunda vergüenza que siento por mi cuerpo me hace sentir como todos los demás tuviesen un dictamen que dar sobre mí, y que hay algo malo en mi tamaño. Me encantaría que la gente pudiera ver más allá”.
Texto e imagen retomados de Esquire Uk