Bueno, en realidad tus calzones no dicen nada (te imaginas si lo hicieran), pero desciframos tu personalidad de acuerdo a los calzones que usas para dormir.
Barney Stinson tenía su traje-pijama, por si acaso una hermosa chica llamaba a su puerta en la madrugada (algo que sí pasó en la serie), Marshall Eriksen dormía con un horrendo camisón… y tú, después de un agobiante día de trabajo lo último que necesitas es gastar tus energías en pensar qué ropa que te pondrás para dormir.
Siendo honestos, cuando se trata de ir a la cama, el estilo es lo de menos. No obstante, cada decisión sobre qué vestir trae consigo un mensaje oculto -a veces consciente, a veces subconsciente- y las prendas que utilizas para dormir no son ajenas a ello. Aquí desentrañamos (de forma profesionalmente antiprofesional) qué quieres decir cuanto te vas a la cama con:
BÓXER
Es una elección curiosa, pero los que entran a esta categoría pueden ser considerados como personas indecisas y, por naturaleza, poco prácticas. Y es que no hay ninguna situación en la que uno pueda usar un bóxer. No brindan protección, tampoco apoyo y básicamente son taparrabos lujosos para fines modestos. Dicho eso, ¿hay algo que quieras esconder?
BÓXER AJUSTADO
Necesitas sentirte protegido y apoyado. Te gusta, además, controlar todo aquello que pueda ser controlado. No hay duda que, al despertar, te gusta la sensación de saber dónde está cada cosa. Un par de bóxers ajustados es semejante a un abrazo apretado, cálido y reconfortante. Puede que, de fondo, haya en ti escondidos problemas de inseguridad, pero nada por lo cual preocuparse.
PIEL DESNUDA
Es probable que poseas mucha confianza en ti mismo. O puede ser que en realidad no tengas el interés de gastar en ropa que, de cualquier forma, terminará arrugada, llena de sudor y repleta de células muertas. Te importa más derrochar en un atuendo que sí puedas lucir. La comodidad es la verdadera moda que necesitas por las noches.
CALZONCILLO
Se puede decir que eres un poco de la vieja escuela y, claro, buscas la comodidad por encima de cualquier otra cosa. Los calzoncillos que usaste todo el día son probablemente los mismos que usarás para dormir, ya que piensas que han hecho un buen trabajo a lo largo del día y, ¿qué son seis horas más de uso, verdad? Eres sucio. Y estás equivocado.
PANTS
Como la mayoría de los protagonistas masculinos de una película de terror, prefieres dormir con pants y el torso desnudo. De lo contrario, ¿cómo apreciarían los demás las horas que le dedicaste al gimnasio? Estás convencido de que dejar tus piernas sudar toda la noche es una forma de trabajarlas y ejercitarlas. También tienes la tendencia de despertarte a la mitad de la noche, empapado en sudor a causa de una pesadilla.
SHORT ESPECIAL PARA DORMIR
Es ese par que cuelgas con un gancho detrás de la puerta de tu cuarto. Lo utilizas con ropa interior por debajo, pues, por supuesto, no eres un bárbaro cualquiera. Se puede decir que eres aquel que pone el aire acondicionado al máximo, duerme cubierto por una colcha decente y pese a ello deja los pies sin tapar. Eres algo raro, pero al mismo tiempo inofensivo.
COMBO SHORT Y PLAYERA VIEJOS
Eres un acumulador de cosas viejas. En vez de donar a la caridad antiguas prendas de tu armario, engreídamente dices: “Puedo usar esto como ropa para dormir”. La pila de dichas prendas, claro, ha crecido significativamente y tu armario jamás podrá tener todo ese espacio libre que te gustaría tener. El lado positivo es que, por fortuna, cada noche rotas el atuendo para dormir.
CONJUNTO DE PIJAMA
Eres la mera razón por la que existen marcas como Zimmerli o Derek Rose. Por eso los millennials te ven de forma despectiva. Piensas que tienes estilo y estás a la moda, pero, en realidad, aún no has crecido y dejado atrás tu fase Mi Pobre Angelito. Tienes, asimismo, otro conjunto de pijama que te pones en la mañana mientras te preparas tu taza de café. Por eso los millennials te ven mal.
SUAVE Y SEDOSO
Ya sea un par de bóxers de seda, un par de shorts de seda o una bata de seda, para ti la vida se trata de los lujos que la misma pueda ofrecer. No porque estés en la cama, dejarás de mimarte y consentirte. Algunos dirán que eres una persona superflua, sin embargo, a ti te gusta disfrutar de las cosas finas de la vida, especialmente, despertarte por las mañanas sin imperfecciones ni abrasiones en tu piel. Eres muy elegante, pero eso ya lo sabes.