¿No encuentras motivación para mantenerte en forma? Quizá lo que necesites es un factor extra a la ecuación fitness: entrenar acompañado.
Si aún no tienes con quien entrenar, considera los beneficios de tener a alguien que te acompañe al gimnasio.
1. MOTIVACIÓN
Los compañeros son un factor de motivación. Si algún día tienes flojera de ir al gimnasio, o de aumentar el peso en tus rutinas, el compañero sería ese apoyo que no te dejará bajar el ritmo ni la guardia. La automotivación es uno de los elementos más difíciles de echar a andar al principio de todo régimen de entrenamiento físico, y asistir con otra persona a tu ejercicio es una buena forma de arrancar.
2. SEGURIDAD
Cuando de levantar pesas se trata, el factor de la seguridad y la ayuda es muy importante y nadie como un buen compañero para estar contigo en esos momentos duros. Si no quieres acabar aplastado por esa pesada barra en el press de pecho, un buen compañero es la opción.
3. DIVERSIÓN
La risa es siempre bienvenida y un colega a la hora de entrenar puede significar la diferencia entre hacerlo de manera divertida y tener que sufrir la experiencia en silencio. Está comprobado además que si te diviertes con alguien en alguna actividad, querrás volver a hacerla, lo que multiplica las posibilidades de regresar al gimnasio y no perder la motivación tan fácilmente.
4. COMPETITIVIDAD
Acéptalo, a todos los hombres nos gusta competir, y a la hora del ejercicio nada motiva más que un poco de sana competencia. Eso sí, si tu compañero levanta 40 kilos más que tú en sentadillas, toma su ejemplo como motivación pero no trates de llegar a su nivel en un día, la seguridad ante todo.
5. RETROALIMENTACIÓN
Nada como un par de ojos extra para decirte en qué estás bien o en qué mal. Cuando crees que tu forma es la mejor, alguien externo puede darse cuenta que estás hacienda mal el curl, o el bench press. A la hora de elegir compañero de entrenamiento lo más importante es que sus horarios y metas coincidan.
Con información de Men’s Health en Español.
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