Y con mucha razón, amigo.
A menudo nos quejamos de la complejidad de las mujeres: que si sus días especiales, sus cambios de humor o su forma de comunicar lo que desean, pero en muchas ocasiones somos nosotros mismos los que bloqueamos esta relación sin apenas darnos cuenta. ¿Por qué?
1. No captamos sus señales (a veces demasiado obvias)
Tales como que el lugar donde pretendes llevarla a cenar está lejos o tiene malas referencias, u otras más claras como que lleva calzado demasiado alto como para volver andando -y dejas que se vaya en taxi sola-.
2. La intensidad e indecisión nos posee
«¿Qué te apetece hoy?, ¿de qué tienes ganas?, ¿te sientes bien para ir a este sitio?» Por favor, un poco de determinación, no quieren salir a un date con un muñeco que acepte cualquier circunstancia o condición. Demuéstrale que puedes decidir, y si no lo le gusta la idea, debatan. Muestra tu carácter o retírate del juego.

(«¿Que te dejó caminar todo ese tramo en tacones…?»)
3. No preparamos los pequeños detalles
Tales como la loción, que aunque parece peccata minuta, pueden atraerla o causar rechazo en una primera impresión. No olvides dejar los calcetines con agujeros en casa si más tarde la cita se calienta y va a más.
4. Planeamos en exceso
Es decir, se nos van de las manos las promesas y acabamos proponiendo un viaje a Sudamérica a unas horas de conocerla. Que sí, puede que le apetezca, pero quizás debes esperar o saldrá huyendo. Asimismo, el tema de los niños mejor dejarlo para un ambiente con más confianza.
5. Reímos, y reímos como bobos
Un hombre divertido y simpático que haga reír parece posicionarse en los rankings de aspectos predilectos en un caballero según ellas, pero ocúpate de no parecer un burlón en exceso o creerá que has salido de un circo para verla. Nota: una mandíbula marcada y una mordida segura les atrae demasiado, procura estar callado cuando ocupe y potenciar este aspecto físico.

(¿No hubo feeling en el beso? Mejor despídete…)
6. No le gustaron tus besos
Parece algo ínfimo, pero ellas lo tienen más en cuenta de lo que crees. De hecho, esta práctica esta relacionada directamente con la salud según un estudio de la Universidad Wilfred Laurier, Cánada, que afirma que las parejas que se despiden con un beso apasionado aumentan su esperanza de vida en cinco años. ¿Increíble, cierto?
7. Por último, y no menos importante, no supiste escucharla
Le contaste tu apasionada historia de voluntariado en África y el trámite que conllevo aquél accidente en el Tíbet, pero ¿qué te contó ella? Si no sales de la cita con información básica y experiencias de su vida, es posible que no haya llegado a abrirse a ti, y es difícil que suene el teléfono para una próxima cita. A ellas se les gana por la escucha (aunque el estómago sea un punto a tener en cuenta).
Crédito de foto: The Weinstein Company / Giphy