De los errores -laborales-, también se aprende.
En mayor o en menor medida, los éxitos laborales vinculados con el trabajo duro suelen derivar de golpes más duros en la vida. De los errores también se aprende, por eso tienes que acostumbrarte a ellos antes de los 30.
1. En primer lugar, ten en cuenta que tu trabajo ideal puede no cumplir con todas tus expectativas. Ganar un sueldo elevado es bueno, pero no tiene que ser tu objetivo en la vida. Haz lo que te llene.
2. Prepárate siempre para las entrevistas. Antes de acudir a una tienes que
invertir una gran parte de tu tiempo en ella, analizar tus puntos fuertes y saber venderlos. Del mismo modo, si no estás preparado para un puesto, dilo.
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Recuerda que el exceso de confianza puede salir contraproducente.
3. No aceptes todas las condiciones impuestas desde el primer momento. Valóralas y da el visto bueno a aquellas que vayan a beneficiarte. Lo primordial aquí es tener confianza en ti mismo y valorarte como debes.
4. Si no te ascienden o te despiden no creas que el mundo se acaba. Lo que
tienes que hacer es tomártelo como una motivación e intentar mejorar de cara a la próxima oportunidad.
5. Tienes que aprender a convivir con los malos jefes, los cuales, por desgracia, abundan más que los buenos. No intentes dominarlo, simplemente aprende a manejar sus reacciones y a dar lo mejor de ti.
6. Como decíamos antes, el sueldo no puede ser la única motivación de tu
empleo. Si trabajas en algo muy bien pagado, pero lo odias, lo mejor será cambiar de sector e ir escalando en lo que realmente te gusta.
El dinero, no lo es todo.
7. Si comentes algún error no intentes encubrirlo. Por muy malo que sea,
siempre será mejor admitir los fallos y demostrar que no vas a volver a cometerlos.
8. Tienes que aprender a hablar en público. Para ello, deberás dedicarle tiempo, investigar, practicar y mejorar la confianza en ti mismo. Un buen orador consigue siempre lo que quiere.
9. Rodéate de la gente adecuada en la oficina, de profesionales con los que
puedas aprender y mejorar. Del mismo modo, si tienes enemigos intenta salvar la relación y empezar de cero. Los malos rollos son muy negativos.
10. Por último, trata de no criticar a tu jefe en público. Por muy en contra suya que estés, esta actitud no te llevará a buen puerto. Si ya los has hecho, trata de rectificar y de pedir perdón también en público.
Con información de Esquire España.