Ni el hombre más veloz ni el mejor corredor de fondo pudieron concluir las finales de los 100 y 10.000 metros en el Mundial de Daegu.
Descalificado por una largada fallida, el jamaiquino Bolt, plusmarquista mundial en los 100 metros, abandonó el estadio de Daegu haciendo muecas y golpeando una pared con su mano.
Luego vio con frustración cómo su compatriota y compañero de entrenamiento Yohan Blake ganaba la prueba con un tiempo de 9,92 segundos, por delante del estadounidense Walter Dix y de Kim Collins, campeón del 2003 y oriundo de San Cristóbal y Nieves.
Sin embargo, el triple campeón olímpico rápidamente recuperó su habitual buen humor.
Una toma del momento fatídico.
«¿Quieren verme llorar?», preguntó. «Eso no va a suceder», sostuvo.
En tanto, la eliminación de Bekele fue más prolongada. Invicto en los 10.000 metros, el cuatro veces campeón mundial abandonó la pista antes de detenerse a hablar con una multitud de periodistas de televisión.
«No quería perderme esta carrera porque pensaba que tenía posibilidades», dijo Bekele, quien no corría desde enero del 2010 debido a una complicada lesión de gemelo.
«Estoy contento de haber venido, quería intentarlo. Estuve fuera por dos años. La lesión ahora está mejor, pero no estoy bien físicamente. ¿Que voy a hacer? Seguir entrenando», añadió.
Su corona quedó en manos de su compatriota etíope Ibrahim Jeilan, quien rompió los pronósticos y dejó atrás al favorito británico Mo Farah.
Kenenisa Bekele
Editado en español por Damián Pérez