Las causas de la disfunción eréctil severa se presentan en hombres cada vez más jóvenes.
La Disfunción Eréctil (DE) es uno de los desórdenes sexuales más comunes y afecta profundamente la calidad de vida de los hombres de mediana edad. A pesar de que en la década pasada se han logrado tremendos avances para tratar esta disfunción sexual, la mayoría de las modalidades de tratamiento aún dependen en un régimen bajo demanda, es decir, de utilizar el medicamento cuando se planea tener relaciones sexuales, del cual el 35% no tienen éxito.
En un nuevo estudio clínico en el que participaron pacientes con disfunción eréctil severa que no habían tenido respuesta al ser tratados con inhibidores de fosfodiesterasa tipo 5 (PDE5i), es decir, los medicamentos más utilizados para lograr erección, fueron tratados con una nueva terapia de aplicación extracorpórea de ondas de choque de baja intensidad, la cual demostró su efectividad para lograr la erección de forma espontánea tras la revascularización del tejido cavernoso del pene.
?Este tratamiento surge de la misma tecnología utilizada para romper piedras del riñón, pues se descubrió que tras el tratamiento de los pacientes con este padecimiento, sus riñones presentaban nuevo tejido sanguíneo y mejoraban la salud de los órganos?, comenta el Dr. Alfonso Franco, especialista en urología y Director Médico de Urotechnology.
?La terapia de ondas de choque extracorpórea se aplica en diversos órganos como el corazón de pacientes con desórdenes cardiovasculares y tendonitis con gran éxito, y se ha descubierto su potencial para el tratamiento a largo plazo de la disfunción eréctil al ayudar a los hombres que la padecen a regenerar la vascularización del cuerpo cavernoso del pene y recuperar su vida sexual de forma efectiva durante más tiempo, incluso entre pacientes que no responden a los medicamentos para la ?DE?.
El estudio fue realizado con hombres mayores de 40 años en una relación de pareja estable y que habían sido diagnosticados con disfunción eréctil persistente de más de 5 años y diversos padecimientos, como diabetes mellitus, enfermedad coronaria arterial, colesterol elevado, hipertensión, obesidad y fumadores compulsivos. Para valorarlos como candidatos para el estudio, se llevó a cabo un intenso cuestionario sobre su consumo de inhibidores de fosfodiesterasa, los tiempos de ingesta y la estimulación sexual que recibieron.
Adicionalmente, fueron recetados con 4 tabletas de inhibidores de fosfodiesterasa, y aquellos hombres que no lograron una erección fueron admitidos en el estudio tras ser diagnosticados con disfunción eréctil severa.
El protocolo de tratamiento consistió en dos sesiones semanales durante tres semanas, las cuales fueron reiniciadas tras un intervalo sin tratamiento de tres semanas adicionales. En cada sesión de tratamiento se realizó la aplicación extracorpórea de ondas de choque de baja intensidad directamente al canal y base del pene durante 3 minutos en 5 ubicaciones anatómicas donde se encuentra el tejido cavernoso del pene. Cada aplicación consistió en 300 impactos por punto de tratamiento sin reportarse molestia alguna por parte de los pacientes participantes.
?Los resultados sorprendieron tanto a los investigadores como los pacientes?, comenta el Dr. Franco. ?Tras tres semanas de tratamiento, pacientes que tenían más de 5 años con disfunción eréctil severa reportaban lograr sostener relaciones sexuales con su pareja, y al término del tratamiento, 34% de los participantes recuperaron su función sexual sin uso de medicamento, y el resto lo hizo apoyados con dosis bajas a moderadas de los inhibidores?.
?La terapia de ondas de choque demostró una alta efectividad con pacientes que habían sido descartados como no respondedores a los medicamentos, y también ha demostrado una mayor efectividad con pacientes que sufren de disfunción eréctil moderada a persistente?, destaca el Dr. Franco. ?Actualmente en México contamos con este revolucionario tratamiento que está ayudando a los hombres y sus parejas a recuperar su vida sexual de forma efectiva, perdurable y sobretodo sin dañar, al regenerar el tejido sanguíneo del cuerpo cavernoso del pene de forma natural bajo estrictos protocolos médicos.