La conclusión a la que llegaron los especialistas en el deporte es que comas algo antes de hacer ejercicio.
Investigadores de la Universidad Estatal de San Diego, en Estados Unidos, descubrieron que los niveles de hambre fueron más bajos en un grupo de estudio cuando los participantes realizaron rutinas deportivas después de ingerir alimentos, comparados con aquellos que hicieron ejercicio antes de comer. Los científicos aún no saben con certeza cuál es el detonador de este efecto, pero especulan que el ejercicio es capaz de elevar la concentración del péptido-YY, una hormona encargada de controlar el apetito. Ten en cuenta que no tienes que hacer ejercicio con el estómago lleno; los participantes del estudio realizaron ejercicio dos horas después de comer. Planea tu horario de comida y de ejercicio de acuerdo con estos parámetros.