El asiento del coche, un espacio de relajación.
Primero un largo vuelo, luego dos reuniones difíciles y finalmente horas en el tráfico. Ante una jornada así, cada kilómetro puede volverse un suplicio. Por eso es bueno aprovechar el momento para relajarse un poco, al menos en un auto como el Kia Telluride.
En los asientos traseros del lujoso SUV los llamados Smart Sensors pueden medir el ritmo cardíaco o el pulso de los pasajeros. En base a estos datos, inician un programa de relajación a través de una serie de luces LED terapéuticas ubicadas en el techo.
Por ahora sólo hay una versión del gran modelo de Kia. Sin embargo, la automotriz trabaja intensamente en la producción de una nueva generación de asientos que ofrezcan un mayor bienestar a bordo.
Algunos automóviles de lujo, como el Mercedes Clase S, ya cuentan con una alternativa a la convencional climatización del asiento al ofrecer un masaje con piedras calientes. De todas formas, los pasajeros deben activarlo y pararlo por su cuenta.
Pero es probable que en breve la electrónica permita saber cuándo es tiempo para un momento de relajación en el coche. "El asiento se convertirá de alguna forma en un aliado para el confort y la salud del conductor", asegura Detlef Jürss, de la estadounidense Johnson Controls, proveedora del ramo para la industria automotriz.
Por ejemplo, la francesa Faurecia desarrolló junto a la NASA y la Universidad de Ohio un sistema Active Wellness que permite medir la frecuencia cardíaca y el ritmo respiratorio a través de sensores integrados.
El sistema inicia un programa de masajes que se ajusta al estado del usuario y tira aire fresco a través del sistema de ventilación del asiento, para que un conductor cansado pueda recuperarse o que el que está estresado pueda relajarse.
Según explica el jefe de investigación Robert Huber, el sistema también registra datos de relojes u otros dispositivos que miden la actividad deportiva y los toma en cuenta. El conductor que se sienta en el coche justo después de correr recibe por lo tanto un tratamiento diferente al que estuvo todo el día tras el escritorio.
"El concepto de pensar en la salud jugará un papel cada vez más importante en el auto", dice Andreas Wolf, que dirige el sector de Body & Security en Continental y también apuesta por masajes dinámicos y un programa individualizado de bienestar. Las condiciones técnicas ya están dadas, explica.
Para Andreas Maashoff, de Johnson Controls, el auto es visto cada vez menos como un vehículo y más como un espacio en el que se vive y se trabaja. "Como ocurre en la habitación o en la oficina, la gente tiene la necesidad de sentirse bien aquí. Por eso quieren este hogar móvil, en el que los asientos se ajusten a esa necesidad".
Según un ingeniero de Opel, los asientos del coche se han convertido entre tanto en la pieza más cara del interior del vehículo y son un elemento central por su peso y el espacio que ocupan.
Renault, por ejemplo, reveló que en su buque insignia Talisman ofrece una nueva construcción en la que los asientos traseros cuentan con tres centímetros más de espacio para las piernas.
Y Johnson Controls reivindica haber ahorrado entre el 20 y el 30 por ciento del peso en los últimos diez años, según Detlef Jürss. "En 2010 la estructura del asiento delantero pesaba 14 kilogramos, mientras que en 2015 ya estamos en los cerca de 10 kilogramos".