Cuando se trata de amistades, la barrera del género representa una amenaza. Trata de ser sincero en tu situación, aquí te ayudamos.
Hace seis años David se casó con Sandra. Desde la adolescencia ha sostenido una amistad muy fuerte con Hannah, una amiga atractiva e inteligente. Chatean con frecuencia y platican en bares hasta la madrugada. ¿La respuesta de Sandra? Ella recibe a la amiga con gusto. También tenemos a Juan y Liz, quienes se hicieron íntimos después de tres años en la misma oficina. Ambos están felizmente casados, pero sus parejas no se tragan eso de que sólo son amigos. Desde los salones hasta las oficinas, la barrera del género en las amistades sigue intacta. No es sorprendente, aunque los sentimientos no sean recíprocos. Un estudio reciente de la Universidad de Wisconsin, en Estados Unidos, reveló que los hombres con pareja tienen conflictos con los sentimientos en torno a sus amigas. «Encontramos que entre más se sienten atraídos a nivel romántico por ellas, encuentran menor satisfacción en su interacción con la pareja», explica April Bleske-Rechek, la autora. De hecho, 15% de las relaciones son el resultado de la «amistad», de acuerdo con otra investigación.
El problema radica en nuestros intentos desesperados por evitar la tentación. Cuando te convences de que jamás serás infiel, te permites más envolvimiento con tus amigas. «Les gusta mantener una conexión idealizada con una persona del sexo opuesto. Pero puede causar desastres en tu relación principal», señala Ronald Potter-Efron, coautor de The Emotional Affair.
Amiga con los beneficios
Si fiesteas con una chica y llegas a casa para caer en los brazos de otra, muéstrale a la segunda que tus lazos con la primera ayudarán al desarrollo de la pareja. Un estudio realizado por Bleske-Rechek acerca de los pros y contras de las relaciones entre sexos opuestos, demostró que los hombres con amigas comprenden mejor las perspectivas femeninas.
¿Por qué ella es una amenaza? Evitar el contacto sexual no es suficiente para proteger la relación con tu novia/esposa. En un estudio realizado por la Florida State University, 94% de las mujeres aseguraron que si sus parejas se involucraran con otra, les molestaría más que fuera a nivel emocional que sexual. «Tener una confidente implica un nexo muy fuerte. Desde la perspectiva evolutiva, la posibilidad de que un hombre invierta su cariño, energía y recursos en otra persona es una amenaza potencial para el terreno reproductivo. Es más peligroso que el sexo casual», explica Jon Maner, coautor del estudio.
Los humanos necesitamos sentir conexión con otros congéneres, biológicamente somos empujados a buscar esa conexión con miembros del sexo opuesto. «Entonces llega una amiga, alguien a quien no debes ver cuando está enferma, jamás te recordará pagar las deudas ni discutirá contigo a niveles estresantes. La amistad se traduce en un paquete de momentos positivos: humor, conversaciones, cumplidos…» La energía que entregas con tanto ahínco a tu amistad la extraes de tu relación principal y, al final, dejarás a la segunda vacía y poco emocionante», dice Potter-Efron.
Evita conflictos Aliméntate sólo un poco de tu amiga. Si te lo pide, guarda los secretos que te confiesa, pero debes darle a tu pareja información importante sobre la otra para demostrar que es ella tu principal confidente. Pero la mejor manera de reducir la tensión es permitir que ambas convivan contigo al mismo tiempo. Al ser parte de otra relación, tu amiga deja de representar una amenaza para tu novia/esposa.
Si sus amigos son un problema…
¿Qué pasa cuando tu chica es amiga de otro tipo? «Antes de borrar del celular de tu pareja el número de él, debes considerar la parte buena de esa amistad: las chicas tienen rangos mucho más amplios de necesidades emocionales que los hombres», dice Bleske-Rechek. No está nada mal que ese tipo soporte las quejas de tu mujer cuando ella quiera despotricar sobre su jefe. Tal vez también permitirá que ella comprenda la razón por la que amas tener esas revistas de mujeres en traje de baño (o desnudas) y mirar deportes en televisión durante horas», menciona Potter-Efron.
¿Por qué es él un problema? Si los psicólogos de la evolución están en lo correcto, lo que más te preocupa no es la idea de que tu chica y este sujeto platiquen en la mesa, sino imaginarlos acostados y desnudos sobre ella. «Los hombres saben cómo funciona la mente de otros congéneres. Sabes que él busca a tu pareja por atracción física (al menos una parte)», comenta Bleske-Rechek. El lado bueno (y repite mentalmente esto) es que desearlo no significa que lo logrará.
Evita conflictos Pregúntate si eres demasiado celoso o hay señales reales de un problema. «Las amistades son limitadas. No requieren que una persona pase dos horas lejos de su familia platicando con alguien en una computadora todas las noches», añade.
Supera el sentimiento vago de incomodidad ante el hecho de que este hombre merodee a tu mujer y sé preciso al decirle a ella cómo es que la presencia de él los afecta. Luego traza límites. Hasta con las amistades sanas, es saludable establecer lugares a los que «no deben acercarse». Temas de los que nadie más debe saber, como su vida sexual o la situación financiera. «Tienes que dejar las reglas muy claras. No seas vago», recomienda Potter-Efron.