Andrew Hankinson investiga los resultados de la tecnología que promete cambiar vidas y que se basa en una idea simple: retroalimentación.
Esto puede ser el descubrimiento que estabas esperando. Un número creciente de psicólogos cree que una nueva generación de aparatos diseñados para monitorear cada movimiento que das durante el día, como registrar tu ingesta de alimentos y proveer reportes detallados de los progresos, podría tener el poder de transformar tu aptitud (y condición) física. Todo se basa en el principio del «Ciclo de retroalimentación».
«Las aplicaciones de Internet tienen un enorme potencial porque permiten monitorear y registrar tus avances sin la necesidad de cargar una bitácora a todos lados», dice el doctor Eric Robinson, un psicólogo especializado en conducta de la Universidad de Birmingham, que utiliza el «Ciclo de retroalimentación» para elaborar su propia aplicación para perder peso. «La retroalimentación en tiempo real es especialmente útil con la alimentación». Y, de hecho, sí lo es. Una reseña de 22 estudios sobre el automonitoreo concluyeron que la gente que usó esta técnica perdió más peso consistentemente que aquellos que no la emplearon. Es un principio similar al de aquellos señalamientos en algunas carreteras que te dicen la velocidad en la que viajas, apelando a tu conciencia de este modo para que la reduzcas.
Si sucede lo mismo cuando estás eligiendo qué comer, con el señalamiento de las calorías que ingeriste en tu última comida, seguramente preferirás la ensalada antes que una pizza. Al menos esa es la teoría, pero para saber si realmente funciona, me sumergí en la retroalimentación. Bajé aplicaciones para smartphones, llené mi oficina con gadgets, chips para el zapato, pulseras, podómetros, monitores del pulso y básculas inalámbricas. El objetivo: terminar una rutina de salud de todo el año y acabar con mi flacidez.
La gorda verdad
Primero, yo quería mejorar mis hábitos alimentarios. Los contadores de calorías son la herramienta más constante y, de ellos, el mejor que encontré fue MyNetDiary, porque tiene un escáner de códigos de barras (que solo funciona en ciertos territorios). Un excelente registro nutrimental. De cualquier manera, muchas de las aplicaciones y aparatos requieren que tú mismo registres y además solicitan una cantidad desconcertante de información. Eso no es retroalimentación: es captura de información. Y, en lo personal, no me parece motivante. Es decir, no quiero perder 10 minutos de mi tiempo llenando información en un aparato solo para que me diga que no debo comerme un paquete de galletas.
La aplicación Thin Cam fue menos laboriosa. Fotografía cualquier cosa que vayas a comer y la foto queda registrada en tu «diario de comida». Es rápido y fácil… Y dejó en evidencia mi glotonería como una mesa llena de comida que le presentan a un grupo de personas obesas en un programa de televisión. Ya no podría comer como cerdo sin que la abundante comida del día anterior acosara mi mente. Así que me detuve.
«Esto funciona porque une nuestras metas a largo plazo con los miles de pasos pequeños que tenemos que dar para alcanzarlos», explica Jeremy Snape, psicólogo deportivo de la empresa de entrenamiento Sporting Edge. «Es útil porque trabaja en un nivel diario». Esto nos permite sentirnos un poco engreídos con nuestros pequeños logros. Aun cuando nuestro abdomen no parezca un lavadero de la noche a la mañana.
Las aplicaciones de GPS usan la misma idea, recordándome los pocos kilómetros que pude correr en una sesión. Esta retroalimentación convirtió mi salida a trotar en una carrera contra reloj, para mejorar mi resultado del día anterior. Y no había manera en que yo dejara que el barrigón del día de ayer me venciera. La aplicación más efectiva que encontré para correr fue MapMyFitness, aunque hallé otra falla con algunos ciclos de retroalimentación: precisión. Cuando se rompe el vínculo del GPS, no registra la carrera con exactitud. Y eso simplemente minó mi confianza en la información proporcionada.
De acuerdo con Anna Holder, que encabeza un equipo de investigadores en Ki Performance, fabricantes del Ki Fit Monitor, «algunas aplicaciones y monitores de actividad no tienen tantos sensores. El Kit Fit dispone de cuatro, mientras que los demás poseen uno o dos». Claro que cuesta aproximadamente 180 USD e incluye tres meses de cuotas de suscripción. Pero vale lo que pagaste.
Para mí, los mejores ciclos de retroalimentación fueron los más sencillos: Fitbit, un monitor que puedes llevar contigo, el cual te envía un reporte semanal del progreso. La aplicación Weight Bot muestra una gráfica comparativa de tu peso contra el de tu objetivo. El monitor de bebidas NHS te presenta tu ingesta de alcohol comparada con los parámetros nacionales. Incluso puse una alarma para todas las mañanas con notas del porqué debo comer fruta en el desayuno en vez de hot cakes. Todo simple, todo un éxito.
Usa el poder de la gente
Después de una semana de retroalimentación casi constante perdí 1.8 kg y mejoré mi marca personal 10 minutos. Para mí, eso es prueba suficiente de que los ciclos de retroalimentación funcionan. No sé si conservaré el arsenal de aparatos. El verdadero beneficio fue recordarme la importancia de establecer objetivos. Todo lo que necesito es un cronómetro, una bitácora y unos cuantos humanos. ¿Por qué? La gente es, después de todo, el verdadero «Ciclo de retroalimentación». A pesar del gusto que sentí al emplear los aparatos, la mejor herramienta fue mi esposa. Le pedí una retroalimentación en tiempo real y, cuando me dijo que parecía que mi pecho rebotaba como senos de mujer, decidí salir a correr.
Hazlo tú mismo con fuerza de voluntad
Usa este simple ciclo de retroalimentación de cuatro etapas para transformar tus hábitos alimentarios y lograr una pérdida de peso muy veloz.
La advertencia Coloca etiquetas rojas en los artículos poco saludables, verdes en los saludables y naranjas en las de punto medio. Este sistema fue creado por la doctora Anne Thorndike, de Harvard. Puede parecer impreciso, pero algunas pruebas han demostrado que es muy efectivo.
El contexto Guarda notas de cuántos artículos «rojos» consumes en comparación con artículos «verdes» y «anaranjados». Al final de la semana revisa tus totales. «El sistema le permite a una persona hacer una decisión rápida sobre lo saludable de su elección, sin tener que pensarlo», dice Thorndike.
Los resultados Ahora tienes la retroalimentación de la primera semana. Para la siguiente, simplemente reduce el número de «rojos». De acuerdo con Thorndike, «con nuestra investigación, las etiquetas «rojas» hacen menos probable que la gente consuma esos artículos».
La acción Continúa usando el sistema de etiquetas durante un mes, o hasta que tus opciones se vuelvan instintivamente más sanas. «Este sistema demostró ser particularmente efectiva en reducir las bebidas endulzadas con azúcar», dice Thorndike.