Asume tus logros y descubre cómo conservar y prolongar tus triunfos. Dile adiós al autosabotaje y dale la bienvenida al éxito.
1 Créetela
Sí, fue a ti a quien le otorgaron ese ascenso o, bien, el que se quedó con la mujer más codiciada del edificio. Eres tú el que se ganó ese aplauso, perdió 20 kilos o recibió una increíble oferta laboral. Te lo mereces, así que vívelo plenamente. En ocasiones, la pérdida del éxito proviene de no saber asumirlo.
2 Elimina la culpa
Suena extraño, pero solemos sentirnos culpables de manera inconsciente cuando algo maravilloso nos sucede. Esta sensación proviene de lo poco que nos enseñaron sobre el merecimiento. A la mayoría nos machacaron con la idea de que todo debe costar sudor y sangre; así que al lograr algo grande, sentimos remordimiento. Tíralo a la basura o sólo conseguirás autosabotearte.
3 Fluye
Cuando una mejora llega a tu vida, te parece difícil adaptarte a ella. Esto no es más que miedo al cambio. Aunque se trate de lo que siempre deseaste, dar el salto puede atemorizarse. Permítete sentirlo, pero no dejes que te invada. Relájate: date cuenta de que sigues siendo la misma persona, aunque en mejores condiciones. Verás que te adaptarás pronto.
4 Haz oídos sordos
La felicidad incomoda y no faltará gente que te quiera hacer ver las desventajas de tu nuevo logro o que trate de detenerte. Mostrarán su envidia de manera velada. Aprende a escuchar, pero también a identificar cuando los consejos tienen una doble intención. Ignóralos.
5 Detecta el autosabotaje a tiempo
Tal vez el veneno de la gente hizo efecto o tus propios miedos te han paralizado, y justo por eso estás perdiendo aquello por lo que tanto luchaste. Analiza la situación y busca ayuda con alguien de confi anza: viejos amigos, tu mujer, alguien que admires… A veces, hablar de tus angustias y desahogarte ayuda a hacerlas desaparecer.
6 Quítate el disfraz
No pongas pretextos para huir del éxito. Puedes decir a la gente «esto no es lo que esperaba» cien veces, pero una voz interna no parará de decir «la verdad, es que no me siento listo». O «es mucho para mí». Los valientes no son los que se atreven a hacer las cosas sin temor sino quienes hacen las cosas a pesar de su temor. Toma valor.
7 Cuida el ego
Puedes irte al otro extremo: sentirte el rey del mundo y mutar en un patán prepotente. No es más que otra forma de gritarle al mundo «tengo miedo de ser yo, porque la verdad ya ni sé quién soy». Equilibra. Mi padre decía: «Nunca olvides que el dinero, la fama y los halagos se van más rápido cuando alardeas de ellos».
8 Comparte
A menos que tu meta lograda haya sido una mujer (ella es personal e intransferible), analiza los beneficios que tu buena fortuna puede dar a la gente. Retribuir al desarrollo de los demás hará más placentero tu nuevo estado. Y atrae el éxito.
9 Conserva
Es posible que el éxito te sepa amargo cuando por él pierdes a quienes amas. No te permitas descuidar a tu mujer, familia o amigos por tus nuevas responsabilidades, ocupaciones o grupos sociales adquiridos. Al principio puedes sentir que eres el centro del mundo, pero cuando te descuides serás el centro de un departamento vacío.
10 Sé constante
Muchos logros se van como agua porque, una vez obtenidos, los descuidas. No te confíes. Las metas se crean día a día. En especial si se trata de una chica. El que esté a tu lado no es sinónimo de pertenencia perpétua.
11Celebra lo adecuado
En efecto, te mereces un aplauso y quizás una parranda, pero hay quienes festejan por meses su ascenso y cuando la resaca los deja pensar, se dan cuenta de que lo perdieron todo por tirarse a la fi esta.
12 Disfrútalo
Hay gente que, una vez que obtiene algo, se queja de todo. Le encuentran fallas a su logro por temor -aunque en el fondo no quieran perderlo. Abandona las críticas porque, de tanto repetirlas, la vida te concederá el deseo.
13 Expande
Haz de esos 15 minutos de fama una vida de éxitos. Todo se trata de ir lentamente, saboreando los momentos al permitir que sucedan sin perderte de vista. Felices logros.