Aprende a diferenciar una escena hollywoodesca de un ataque al corazón.
Seguramente has visto un sinnúmero de escenas en la televisión o en la pantalla grande en las que has podido diagnosticar un paro cardiaco, aún antes de que la víctima toque el suelo. Le cuesta trabajo respirar, se oprime el pecho con ambas manos, se le nota en la cara que duele y, como ya lo hemos mencionado, acaba por colapsar.
Es momento de que olvides eso. El paro cardiaco estilo Hollywood no es tan acertado como pensaríamos. En un estudio con cerca de 900 pacientes que sufrieron un infarto, 65% de ellos experimentó síntomas de inicio lento, de acuerdo con el Trinity College en Irlanda. Estos síntomas incluyen molestias en el pecho y el brazo izquierdo, dificultad para respirar y fatiga. Solo el 35% sufrió síntomas dignos de un Óscar.
El problema es que los síntomas de inicio lento pueden posponer la atención médica, debido a que es más tardado darse cuenta de que se está sufriendo un paro cardiaco.
En el estudio, los pacientes que experimentaron síntomas de lento inicio recibieron tratamiento médico 3 horas y media después en comparación con las 2 horas, en promedio, que tardaron los que sufrieron señales más dramáticas.
«Cuando alguien sufre un paro cardiaco lo más probable es que sea porque una arteria se tapa, provocando que el músculo cardiaco muere luego de entre 3 y 6 horas, a menos que esta sea desbloqueada mediante una angioplastia o mediante un medicamento para eliminar coágulos de sangre», dijo el médico Prediman K. Shah, asesor cardiaco de Men’s Health.
Si crees que tu corazón está en peligro, lo primero que debes hacer es pedir ayuda. Asimismo mastica una aspirina, «esto hará que la aspirina trabaje más rápidamente», indicó Shah.
Evita el desastre teniendo en mente estas alertas de paro cardiaco que pueden pasar desapercibidas.
– Sudoración. Si no tienes razón alguna para estar empapado de sudor, puede ser una llamada de alerta.
– Náuseas: Náuseas y vómito pueden presentarse si un paro cardiaco es inminente, la clave es que se presentan repentinamente sin razón aparente.
– Ardor en el pecho: Durante un paro cardiaco, la reducción del flujo sanguíneo puede provocar ardor en el pecho o garganta y dificultad para tragar. Si te ocurre por primera vez y tienes factores de riesgo de enfermedades cardiacas, así como náuseas, cansancio o sudoración, puedes estar sufriendo un paro cardiaco.