Conservar tu empleo depende de muchos factores que debes trabajar. Aquí hablas del barómetro más simple: la relación con tu jefe.
El otro día estaba sentado en mi oficina un poco preocupado. Me di cuenta de que he alcanzado cierto nivel en los negocios, tengo una bella oficina con una estupenda vista, nadie entra porque piensan que siempre estoy ocupado, aunque me la paso leyendo correos electrónicos de gente que teme hablar conmigo personalmente.
Sorpresivamente, mi jefe, McAllister, entra a mi oficina y se sienta en la silla de visitantes -tengo dos, como todos los súperejecutivos. Y tres grandes ventanas también. Por fortuna ninguna de ellas abre.
«¿Cómo estás?», me pregunta mientras da un sorbo a su café. «Muy bien», le respondo. De inmediato me doy cuenta que una reunión con McAllister no estaba contemplada en mi agenda -simplemente apareció. Obviamente venía a hablar asuntos de negocios. Porque es todo lo que hace cuando usa este traje, pero me di cuenta que había algo más que eso. Fue bastante extraño, pues mostró una amabilidad que nunca le había visto antes. Se trataba de una gentileza que rara vez aparece entre dos sujetos de diferente jerarquía dentro de una empresa. Uno trabaja completamente para el otro.
En la milicia, la amistad entre soldados de diferente rango es mal vista. Nunca se traspasa la línea de autoridad trazada para preservar el orden. Sin embargo, en esta ocasión, la amistad entre el jefe y su subordinado son el combustible que da poder al cohete corporativo. Eso hace más efectivo el trabajo y permite lo que cualquier organización busca: lealtad. Y si piensas que ésta no es importante, te sugiero que este fin de semana vayas a la biblioteca a informarte mejor.
Date cuenta de todas las personas que se encuentran desempleadas por haber traicionado su lugar de trabajo, en las calles tratando de robar de algún lado la señal de internet. Ellos tampoco creen en la importancia de la lealtad.
Mi punto es que si la relación con tu jefe es especialmente crítica en estos días. Si está construida a través del respeto, el afecto y aspiraciones mutuas, con un ligero toque de temor, entonces pienso que es una buena definición acerca de la amistad dentro de una empresa, supongo.
A continuación te presentamos varios niveles de relación amistosa entre jefe-subordinado. Deberás darte cuenta que no importa en cuál de estos parámetros te encuentras, sólo enfócate en conocer las reglas y no lo eches a perder.
Nivel 1: Compañeros
Este es el nivel más bajo de la relación jefe-subordinado. Ustedes ocasionalmente comen juntos en los comedores de la empresa. La mayoría asegura tener este tipo de situación desde hace años. El truco es nunca asumir que tu compañero es algo más. Eso sería un problema.
Hace muchos años tuve un jefe que llamábamos Murray que era bastante rudo. Éramos cuates y yo estaba consciente de los límites y creo que él también. En una ocasión Murray y yo fuimos a un bar saliendo de la oficina, comimos un poco de pollo y tomamos varios vodkas. Él comenzó a quejarse de su familia. Unos tragos más después se sintió cansado y somnoliento. Hasta que alrededor de las 11 de la noche tuve que llevarlo a su casa y cargarlo para meterlo a ella.
A la mañana siguiente, Murray me miró sonriente. Yo sabía que él había evaluado mi comportamiento del día anterior y estaba a la expectativa de cómo reaccionaba luego de que me había abierto parte de su vida privada. Lo cierto es que jamás sobrepase los límites de la relación y él tampoco lo hizo. Así fue nuestra relación hasta que el dueño de la empresa lo despidió.
Nivel 2: Amigos
Este estatus sólo se adquiere cuando hay química entre las dos personas. Ellos son capaces de hablar de frente y tratarse siempre como seres humanos. Aunque uno es el subordinado, el amigo tendrá cierta influencia sobre el jefe.
Pienso que en estos casos no debes ser tonto. El nivel nunca se pierde aunque llegues a ver a tu superior convaleciente en un hospital o algo parecido. Recuerda que su jerarquía reaparecerá en el momento que se ponga nuevamente su traje y se siente en su oficina. Pero, ocasionalmente, este tipo de relaciones son cortas, por lo que debes centrar todos tus esfuerzos en conservarla y extenderla por mucho tiempo. Una vez conocí a un tipo llamado Ed quien era amigo de Charlie un alto directivo de una corporación. Eran inseparables. Charlie le había dado mucho poder, cuando Ed expresaba su punto de vista prevalecía, no por la inteligencia de sus comentarios, sino porque Charlie, siempre lo escuchaba.
Un día, éste fue promovido, obtuvo una oficina mucho más grande y un título casi nobiliario en la empresa. De forma sorpresiva se hizo amigo de alguien más importante laboralmente que él: Tim. Un mes después, Ed ya había empacado sus cosas y estaba listo para irse de la empresa.
Nivel 3: Hermanos
Con el paso de los años dos personas diferentes puede crecer muy de cerca, enfrentar conflictos, las labores diarias y tener intereses bastante similares como metas, sueños, deseos y enemigos. Esta es la más feliz -y duradera- forma de amistad entre un subordinado y su jefe. En ella es posible una verdadera comunicación, un lenguaje que ambos entienden y comparten basados en la rareza del lugar de trabajo.
Aquí es donde late el corazón de los negocios. Sientes que perteneces a algo tan profundo como la empresa donde laboras. Esto, el nivel 3, no debe ser confundido de ninguna forma con una hermandad, sino como una amistad entre dos personas que han sido forzadas a vivir durante muchas horas en un lugar en el que se desarrollan profesionalmente. Es un sentimiento de pertenecer a una familia, con la sensación de que, sin importar lo que pase en el futuro, ustedes dos siempre serán soldados inseparables y seres humanos. Aun sin cometer errores, algo pasará.
Los negocios lucen como cosas estáticas, pero en realidad no lo son, tarde o temprano uno de los dos hermanos caerá en el frente de batalla o será transferido a otro lugar. Debes ser honesto contigo mismo, trabajar duro e invertir en la gente que te rodea -algunos subirán y otros caerán- pero siempre te agradecerán por tu amistad.
¿Cuál de esta relaciones es la que juegas?
Actualmente la situación laboral es bastante difícil. El movimiento de renovación está moribundo, las empresas están amenazadas y los grandes jefes están siendo derrocados. En las noches sufres insomnio por las preocupaciones y en el día buscas la forma de calmar la angustia. Esperas el día cuando en tu empresa se vean forzados a comerse unos a otros. Hasta que eso pase piensa en el trabajo de todos para uno y uno para todos. Una noche no hace mucho tiempo, me encontré sentado pensando en silencio en la sala de mi casa luego de un día difícil. Era muy tarde y la jornada no había tenido nada bueno para mí. Pero sentía que faltaba algo por hacer. Entonces vino hacia mí. Era un tipo que probablemente estaba pensando lo mismo que yo y se sentía igual que yo. Era mi jefe. «¿Cómo estás Bob?», pregunté mientras guardaba mi BlackBerry. «Bien» dijo casi un minuto después. «Gracias por preguntar», añadió. Eso fue todo, pero fue suficiente. Sugiero que hagas lo mismo esta noche.