Ofrecer una propina de efectivo con buen gusto radica en la forma. Aquí los secretos para conseguir la mejor atención posible.
Ofrecer una propina de efectivo con buen gusto radica en la forma. Combina la generosidad con una sonrisa y una palabra amable. («Mis patillas nunca han lucido mejor» o «Si apareciera alguna mesa disponible, le agradecería mucho cualquier cosa que pueda hacer».) Si pareces cualquier otra cosa que no sea extasiado por recompensar un servicio excepcional, vas a sabotear el intento. Debes tener el dinero listo antes de cerrar la transacción, y debes saber cómo entregarlo. Si das efectivo con la palma hacia arriba estás tratando al que lo recibe como un perrito, que se ve obligado a salir a buscarlo; peor es hacerlo ondular como si estuvieras dando algo de comer a un animal. Siempre ofrece el dinero cono la palma hacia abajo o mediante un apretón de manos. Es una propina, no una vía para sentirte importante.