Necesitas paciencia y muchos huevos, pero te aseguramos que su sabor te cautivará y no invertirás una gran cantidad en tu desayuno.
1 Derrite un poco de mantequilla en una sartén antiadherente a fuego medio.
2 Cuando la mantequilla comience a hacer espuma, agrega tres huevos.
3 Sazona con sal y pimienta.
4 Con una pala de madera, revuélvelos de forma continua.
5 Raspa ligeramente el huevo cocinado que está en contacto con la sartén.
6 Justo antes de terminar, agrega una cucharada de leche para mantenerlos ligeros y húmedos al mismo tiempo.