Los pensamientos negativos son como parásitos que devoran silenciosamente tu salud. ¿Puedes contrarrestarlos? Sí.
TU ESTADO MENTAL AFECTA tu salud y, cuando piensas de forma pesimista, siempre esperando lo peor, el instinto de lucha o escape puede quedarse atascado. Imagina esto como acelerar el motor antes de una carrera; si mantienes el pie sobre el acelerador, quemarás la máquina. Y eso puede causar un daño a largo plazo. Por ejemplo, los pesimistas tienden a presentar niveles más altos de presión sanguínea y triglicéridos que los optimistas, y las posibilidades de padecer ataque cardiaco y muerte temprana también son más altos, de acuerdo con una investigación de la Universidad de Pittsburgh.
Esta ilustración muestra cómo una perspectiva adversa puede afectar tus órganos, aunque no ilustra las formas en que el optimismo llega a incrementar la salud. «La gente feliz y esperanzada es más proclive a ejercitarse, comer sano y dejar de fumar», asegura Jeffrey Huffman, director de psiquiatría cardiaca en el Hospital General de Massachusetts. En otras palabras, la felicidad te otorga poder para tomar el volante de tu salud. Y, al mantenerte positivo, también puedes cerrar la llave al cortisol, hormona vinculada a la calcificación, y al IL-6, una citocina inflamatoria relacionada con la esclerosis múltiple y los transtornos cardiacos. Así que tal vez sea tiempo de comenzar a ver el lado bueno de las cosas. Es posible que con eso termines salvando tu vida.