Deshazte de esos diminutos factores que te causan estrés y siéntete mejor, si no lo haces pronto se pondrán en tu contra.
Tal vez tu ojo derecho comience a moverse cuando te mires en el espejo y te des cuenta de que tu cabello desaparece poco a poco. Situaciones como ésta no son una simple molestia, son estrés genuino y la evidencia de que la ansiedad puede surgir por cualquier cosa y no sólo de las relaciones de pareja, finanzas o trabajo. «Estas son las pequeñas cosas que los hombres nunca tienen en cuenta, pero deberían», afirma Glenn Good, psicólogo de la Universidad de Missouri, en Estados Unidos. «Pueden ser crónicas y desagradables, además son capaces de comprometer tu salud si se acumulan.» Según un estudio británico las personas estresadas tiene 54% más probabilidades de padecer un ataque al corazón o embolias. Otra investigación efectuada en Suecia reveló que el estrés en los hombres duplica el riesgo de desarrollar diabetes. Encuestamos a más de 1,500 de ellos para descubrir los factores que provocan más presiones en sus vidas. ¿Quién pensaría que compartir una chequera causaría tanta tensión? ¿O que buscar un poco de tiempo para ejercitarse es capaz de poner a trabajar horas extra al cerebro? Necesitas una estrategia inteligente para combatir esas molestias. Usa los consejos de nuestros expertos para controlar -o eliminar- los factores que te generan angustia y, de esta forma, puedas concentrarte en lo que realmente importa (el resto de tu vida).
Factor #1 Inseguridad
No fue sorprenderte descubrir que pagar deudas y mantenerse dentro del presupuesto fue el estresante principal en nuestra encuesta. «Pero no se trata de dinero», afirma Thomas Miller, psicólogo de la Universidad de Kentucky, en Estados Unidos. «Mucho del estrés financiero tiene que ver con la incertidumbre. No tener las coordenadas de tu ubicación te carcome como el ácido.»
Desactívalo: «Tu misión es verificar la evidencia», recomienda Miller. Consigue las respuestas de esas interrogantes de trabajo. Pregúntale a tu jefe cómo encajas en los planes de la compañía o qué puedes hacer para volverte más valioso. Si hace pausas o no parece ser honesto, presiónalo con: «¿Puedes ser más específico?», o incluso «¿Entonces crees que me deba preocupar?» «Entre más respuestas te den sobre la situación, más claridad tendrás (y eso equivale a control)», afirma Miller.
Factor #2 Pérdida de cabello
Más de la mitad de los hombres en nuestra encuesta se sintieron preocupados por su imagen y mencionaron la pérdida de cabello como la causa principal. No están solos: un reporte de 2005 de la Mayo Clinic Proceedings cita estudios múltiples en los que se revela que la calvicie masculina afecta de forma negativa sus sentimientos respecto a su atractivo e imagen corporal. «Para aquellos que se sienten juzgados por la pérdida de pelo, el estrés es muy real», explica Good.
Desactívalo: «Observa el problema desde el punto de vista médico», sugiere Good. Los implantes capilares cuestan alrededor de $50,000 en promedio, mientras que el tratamiento con medicamentos cuesta $700 al mes, durante décadas. «Haz cuentas y evalúa si el esfuerzo realmente vale la pena», recomienda. Si es así, anímate. Pero si crees que puedes tratarlo simplemente como una condición médica, entonces te será más fácil deshacerte de este factor.
Factor #3 Ejercicio
Resulta irónico: el ejercicio te calma, aunque casi un tercio de los encuestados le dieron siete de 10 como causa de estrés. Primero te preocupas por no entrenar en lo más mínimo. Segundo, conforme intentas hacerte espacio para hacer ejercicio, tu estrés se dispara debido a que te esfuerzas demasiado en terminar tus demás tareas diarias. «Esa lucha puede afectar la forma en como te alimentas y eso puede volverse otra causa de estrés.»
Desactívalo: El especialista sugiere que hagas más cortas tus sesiones de entrenamiento y aumentes la intensidad. Cambia tu rutina de cardio por un programa de ejercicios por intervalos (de esta forma aumentarás el consumo de grasa). Si levantas pesas, reduce a la mitad el tiempo de descanso entre cada serie. De un minuto baja a 30 segundos. De esta forma, si realizas 12, te ahorrarás seis minutos. Busca formas de condensar otras actividades para tener más tiempo disponible.
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Factor #4 Administrar el efectivo
Llevar las finanzas puede ser más estresante para un hombre porque su perspectiva puede ser diferente a la de ella. «A veces la forma de ver las cosas es diametralmente opuesta», menciona el doctor Jay Zagorsky, economista de la Universidad Estatal de Ohio. Su investigación, publicada en el Journal of Socio-Economics, revela que los hombres tienden a valorar más los activos, como una casa o un auto, mientras que las mujeres inflan el total de las deudas. «Esto muestra que las parejas no saben cuánto dinero tienen, o que no hablan sobre éste de forma honesta», señala Good. «Se rehúsan a afrontarlo porque les da pena, o simplemente hay tantas cargas que ni siquiera sacan el tema», afirma. El estrés se acumula hasta que ambos chocan en términos de hábitos de gastos o compras grandes. Luego explotan.
Desactívalo: «Date 15 minutos en un desayuno de fin de semana para anotar estimados de sus recursos, deudas y valor total», sugiere Good. Haz esto de forma separada y luego comparen sus números con estados de cuenta recientes. Si ambos tienen metas financieras en común y entienden que también comparten la responsabilidad diaria de lograrlas, entonces los desequilibrios obvios en los gastos (gastas $600 más en café que ella, por ejemplo) se vuelven más fáciles de conceder. «Un sentido de justicia mutua aminora el nivel de estrés», asegura Good.
Factor #5 Tu equipo
Uno de cada cuatro hombres en nuestra encuesta calificó con siete o más (en la escala de estrés de 10 puntos) ver perder a su equipo. Las investigaciones muestran que entre más profunda sea nuestra afición por un equipo o jugador, mayor es la probabilidad de transformar las reacciones emocionales en hostilidad. Rompes la almohada del sofá, tu día se amarga y los amigos y familiares se esconden.
Desactívalo: Busca en internet un foro de discusión en el cual se hable sobre tu equipo favorito y vomita ahí tu bilis. Un estudio de la Universidad de Mississippi, en Estados Unidos, descubrió que los aficionados quienes publicaban mensajes en línea cuando su equipo había perdido dejaban comentarios «agresivos». Pero los investigadores argumentan que el ventilar las emociones de forma virtual puede ser positivo. «Los blogs y foros proporcionan un espacio en donde es socialmente aceptada la expresión agresiva», dice Brad Schultz, líder del estudio. «Puede que el lenguaje y la actitud sean rudos, pero los perdedores se pueden conmiserar y no se lastima a nadie físicamente. Y, sobre todo, proporciona un lugar en donde los aficionados pueden expresar sus emociones y ser comprendidos por personas con mentalidades similares.»
Factor #6 Los idiotas
Una persona resumió el problema en dos palabras: «gente estúpida». Por el simple hecho de lidiar con tu vida, tienes que exponerte a un mal servicio y en general al resto de los tapadores de arterias de la sociedad. «Recuerda que», dice Miller, «no puedes cambiar su forma de ser. Te das cuenta que estas personas no toman las decisiones correctas y que tú lo puedes hacer mejor. Como resultado, sientes que tienes menos control y ese es un grave estresante oculto.»
Desactívalo: No te enredes en los desórdenes de los idiotas. «Yo experimento sus tonterías todos los días», afirma el consultor de negocios Larry Winget, anfitrión del programa de A&E Big Spender y autor de People are Idiots and I Cawn Prove It. «Hay dos cosas que me proporcionan calma. Primero, saber que yo a veces también soy un idiota. Segundo, no puedo cambiar a la gente que no puede ser cambiada. Aquí recurro a una cita que me ha ayudado en la vida: Cuando le das a alguien tu opinión, pierdes parte de tu paz mental. Si tratas de influenciarlos, les das control sobre ti. Hoy me rehúso a arreglar a los que no quieren o pueden ser arreglados. Es más divertido si me doy cuenta de lo entretenidos que son.»