Algo que parece completamente inofensivo, puede acarrearte problemas.
Ahora que estamos en el 2017, la mayoría de nosotros ya hemos aprendido que nuestras huellas en las redes sociales son básicamente permanentes, así que tenemos que ser ultra-selectivos sobre lo que elegimos publicar y lo que no. Sin embargo, algunas personas aparentemente no han recibido este memorándum. Un ejemplo: el hecho de que Instagram y Facebook están siendo utilizados como herramientas de vigilancia por los entrometidos entrenadores personales que quieren ver cómo sus clientes pasan sus ratos libres. Según el New York Post, tu entrenador personal te está espiando totalmente a través de las redes sociales, y déjame decirte que no les gusta lo que ven.
Según el entrenador personal Joe Holder, quien tiene como sede la ciudad de Nueva York, algunos instructores de fitness no tienen ningún reparo en leer detenidamente tu información en las redes sociales para ver si estás siguiendo tu dieta. "Si tú los cachas haciendo algo (insalubre), puedes llamarlos. Si están consumiendo sustancias prohibidas, puede que quieras exponerlos un poco", explica el entrenador. Al igual que Santa Claus, los entrenadores sabrán si has sido un ?niño bueno? o si has estado atascándote de pizzas y otras cosas engordadoras.
Mientras que la mayoría de los instructores aseguraron que lo más que harían sería regañar a sus clientes en los comentarios, puede que aflore su pasivo-agresividad.
?Veré a mi entrenador para nuestra sesión mañanera de los sábados, y si me nota algo floja, seguro me dirá: ?bueno, puede ser por todas las margaritas y los tacos que te empujaste ayer,?? señaló una mujer. El resultado final será una relación cliente-entrenador mucho más íntima (y probablemente más rara) de lo normal.
Para ser honestos, esto es un problema primermundista; si no puedes darte el lujo de contratar un entrenador personal (seamos sinceros, muchos de nosotros no podemos), esto no es una preocupación particularmente importante. Además, si tienes un entrenador, probablemente no es una idea atractiva seguirlo en Instagram. Eres su cliente, no su amigo. Es un poco como estar en la secundaria y sentarse con tu profesor de matemáticas en la cafetería. Pero, si es imperativo que lo sigas, ajusta tus opciones de privacidad para que no vea tus publicaciones durante los días que rompes la dieta.