El búlgaro derrotó al campeón defensor de Wimbledon, Andy Murray, en tres sets. ¿Cómo llegó hasta aquí?






El búlgaro Grigor Dimitrov derrotó al campeón defensor de Wimbledon, Andy Murray, en tres sets. ¿Cómo llegó hasta aquí? Él mismo nos reveló algunos de sus secretos que, además, pueden mejorar tu vida y llevarte a la cima.
PRIMERA LEY DE GRIGOR: Planifica tu semana. Si crees que Dimitrov tiene una rutina de entrenamiento fija, te equivocas.
«Me reúno con mi entrenador y mi equipo, y tratamos de hacer una agenda semanal en la que incluimos cómo voy a prepararme y determinamos cuáles serán las metas. Nos enfocamos en ese plan, sin importar que se trate de trabajo de cancha o fuera de ella», aclara Grigor. «Saber qué estás persiguiendo para enfocarte en eso hace que los esfuerzos se dirijan al lugar correcto y sepas lo que debes hacer».
La primer regla de Grigor la puedes aplicar en sitios como la oficina o el gimnasio. ¿Quieres hacer crecer esos bíceps o rebajar la llanta unos centímetros? Haciendo pesas a lo loco no vas a lograrlo. Platica con tu entrenador y déjale claros tus objetivos. ¿Quieres mejorar el rendimiento de tu equipo? Una junta para fijar las metas semana- les puede hacer maravillas.
SEGUNDA LEY DE GRIGOR: No seas pesado. Dimitrov tiene que comer los alimentos indicados para poder rendir al máximo en la cancha de tenis. Él es un deportista profesional, tú no, pero sus razones al llevar una dieta sana se adaptan a ti, aunque no tengas que enfrentar a Nadal.
«La dieta es una de las partes más complicadas en cualquier atleta y también para cada individuo», añade Grigor. «Trato de crear buenos hábitos y mantener en forma el cuerpo. Así, al llegar a la cancha, no me sentiré pesado».
Al igual que otros deportistas profesionales, Dimitrov no escatima en su régimen, porque sabe que la comida (indicada) es la gasolina que lo moverá durante el día. Por ello, trata de consumir alimentos sin gluten; es un devorador de frutas y, cuando viaja, ¡se lleva su propio pan!
TERCERA LEY DE GRIGOR: Sé flexible. Desde que Grigor se mudó a Estados Unidos, tiene más tentaciones alimenticias a la mano: hamburguesas, papas fritas, hot dogs, sodas, etcétera. Y si piensas que no le pasa por la cabeza comerse una pizza solamente porque es un tenista profesional, estás en un error.
«Si me preguntas, te diré que mi dieta está compuesta por un 80 por ciento de comida sana y un 20 de antojos», comenta. «Cuando no estoy en periodo de preparación, como una o dos veces a la semana algo que se me antoje, incluso comida rápida; de hecho, es bueno para el cuerpo si estás acostumbrado a ella, porque es muy difícil sacarla de tu vida de buenas a primeras», dice.
Dimitrov afirma que, si le das esa porción semanal al organismo y comes sano durante el resto de la semana, te darás cuenta de lo pesado que cae la comida chatarra. Aunque ha hecho deporte regularmente desde niño, él sabe que le toma tiempo al cuerpo darse cuenta de cómo lo afectan los alimentos altos en grasas, sodio y azúcares, pero también está consciente de la efectividad de este sistema, pues poco a poco te percatarás de que no necesitas esa comida.
CUARTA LEY DE GRIGOR: ¡Concéntrate! Grigor es el primero en aceptar que ha perdido algunos juegos importantes por no tener la mente donde debía estar. «La primera vez que jugué un evento de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), tuve una victoria importante y mi cabeza me decía: ?Lo logré?», dice. «Mi mente lo tomó como que ya había llegado a la meta y eso me relajo un poco». Sin embargo, lejos de aceptarse como un hombre disperso, él trabaja todos los días en mejorar su concentración y los resultados saltan a la vista. (Tal vez, cuando leas esto, Dimitrov ya se habrá colado dentro de los 20 mejores jugadores del mundo.)
«Me gusta verlo como un estado mental. Nunca es fácil y me ha pasado a mí, pero es un error muy común entre los jóvenes que entran al circuito. Lo tuve que olvidar rápidamente, porque una vez que tienes esa sensación quieres aferrarte a ella», dice el tenista. «La clave es entrar cada vez más concentrado a la cancha, aunque es uno de los procesos más duros».
Asimismo, comenta que la falta de concentración es algo que le pasa, incluso, a los mejores jugadores del planeta y, por eso mismo, tienes que encontrar el camino para enfocarte de nuevo rápidamente.
QUINTA LEY DE GRIGOR: ¡Solo hazlo! Para este deportista, alguien que ha tenido grandes victorias, pero también ha sufrido derrotas bastante dolorosas, la motivación es algo que debes trabajar todos los días para no perderla.
«El tenis lo juegas casi a diario y, si no estás motivado, posiblemente estás en la actividad equivocada, pero no es fácil. Hay ocasiones en las que me levanto y simplemente no quiero ir a la cancha ese día», admite Grigor. «Eso es normal; no todos se levantan todos los días con ganas de ir a trabajar, a pesar de que tengan el mejor empleo del mundo».
Cuando esto le sucede, Dimitrov simplemente se dirige a su entrenamiento sin pensar mucho en el tema y, al llegar a la cancha, la motivación regresa por sí sola.
«Hay gente para la que es más difícil, pero cada quien tiene sus propias motivaciones», recalca Grigor. «Existen personas a las que simplemente les motiva escuchar siempre el mismo disco».
La receta es fácil: si todos los días te levantas lamentándote por ir a la oficina, posiblemente necesitas otro trabajo. Pero si es algo que te sucede por rachas, identifica lo que te motiva y aplícalo cuando estés en una situación de este tipo.
SEXTA LEY DE GRIGOR: Si es lo tuyo, tómalo en serio. «Es difícil ser profesional a los 15 o 16 años, pero hay quienes lo desean, que empiezan a jugar desde los cinco de edad y saben que quieren hacer eso por el resto de sus vidas. Eso es muy distinto a tomar esto como un trabajo, aunque sea algo que amas hacer», dice Dimitrov. «Cuando entiendes eso, entonces el consejo es muy simple: trabaja duro para sacarle provecho a cada momento que se te atraviesa».
El tenista habla de comprometerse y rodearse de la gente indicada, porque, al igual que él, se necesita eventualmente de alguien que te ayude a subir un poco más, aunque todo tiene sus procesos.
«Si crees en fórmulas, entonces tienes que desarrollar la tuya. Respeto mucho a la gente que trata de hacerlo y trabaja duro, porque sé cuál es el sentimiento de querer ser profesional», comenta. «Y cuando ya estás en esto y echas un vistazo atrás, te das cuenta que has logrado algo, y es cuando viene la motivación que necesitas».