Mis virtudes en la cancha se las debo al entrenamiento diario y a la disciplina.
Edad: 24 años
Altura: 1.73 metros
Peso: 70 kilos
Posición: volante ofensivo
Actualmente pertenece al Club Monarcas Morelia, de México, y en Brasil 2014 defiende los colores de Ecuador, de donde es originario. Su primer equipo de futbol fue un pequeño club de su ciudad natal, Salitre. Debido a su desempeño, comenzó a jugar en las divisiones menores de Emelec. Al verlo en la cancha, el técnico Carlos Torres Garcés lo hizo titular de inmediato, cuando acababa de cumplir 18 años. Sus habilidades con el balón contribuyeron para que Ecuador fuera campeón juvenil con la selección Sub-17 en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007. Poco tiempo después, el entrenador Sixto Vizuete lo llamó para formar parte de la escuadra ecuatoriana. «En la selección te ganas un respeto, un nombre y no solamente por lo que haces dentro del campo. Representamos a un país, es una responsabilidad muy grande y tenemos que recordarlo también en nuestras vidas», comenta Jefferson Montero.
«Para nosotros, como futbolistas, estar en el evento más grande que puede tener el futbol es un sueño hecho realidad. Los ecuatorianos disfrutamos de ello y estamos felices de regresar al Mundial».
A partir de 2000, ha estado en los equipos Independiente José Terán, Dorados de Sinaloa, El Nacional, José Madrid, Villarreal Club de Futbol, de la Primera División de España; Real Betis Balompié y finalmente en Monarcas Morelia, equipo con que fue campeón en la temporada 2013.
Permanecer tanto tiempo como titular absoluto es el reflejo de sus habilidades en la cancha. «Siempre escucho que mi principal virtud es mi habilidad de esquivar rivales y mi velocidad explosiva en los contragolpes. Creo que eso se lo debo al trabajo diario en el entrenamiento. Pido siempre a mis compañeros que traten de quitarme la pelota durante las jugadas para mejorar los dribles», explica.
Jefferson complementa el trabajo en la cancha con rutinas en el gimnasio. «No me gustaba ir al gimnasio, pero eso cambió desde que entré a Monarcas. Nos llevaron un preparador físico distinto (el colombiano Luis Fernando Lastra), que ha cambiado mucho mis hábitos en el gimnasio. Ahora realizo 70 minutos de fuerza y la verdad es que a veces la carga es tan fuerte, que me deja casi muerto, pero noto la diferencia en el campo».
CABEZA FRÍA
Conservar la calma en la cancha, aun cuando vas perdiendo, no es nada sencillo. «Pero descubrí un secreto: mi familia. Me gusta mucho pasar tiempo con ella. Mi esposa y mi representante siempre me animan y aconsejan bien. Mis padres y hermanos me ayudan a mantener los pies en la tierra», añade Montero. «Desde los siete u ocho años, mi padre me apoyó incondicionalmente. Su principal consejo fue que fuera firme en la disciplina, porque en cada etapa de la vida vas dejando huella y hay que dedicarse al cien por ciento para alejarse de las cosas malas que pueden afectarte».