Debes exigirte mucho a ti mismo; sin ello, nunca hubiera llegado a formar parte de la Selección Nacional.
Edad: 32 años
Altura: 1.70 metros
Peso: 68 kilos
Posición: mediocampista
Este seleccionado uruguayo debutó profesionalmente en 1999 con el equipo Paysandú Bella Vista y permaneció en él durante cuatro años. El año 2006 fue uno de los más importantes para su carrera, ya que fue contratado por el Peñarol, donde tuvo un gran desempeño durante esa temporada en la liga de su país. Al año siguiente, su carta fue vendida al equipo mexicano de los Rayados del Monterrey. En los siguientes tres, cambió varias veces de escuadra y finalmente, en 2010, regresó al Peñarol. Su buena actuación en ese conjunto llamó la atención de Óscar Washington Tabárez, director técnico de la selección uruguaya, para los partidos amistosos contra Suiza e Israel. Se le incluyó en la lista final para representar a Uruguay en Sudáfrica 2010 y en la Copa América. Ahora nuevamente fue convocado para defender la camiseta charrúa en Brasil 2014.
«Estar en la selección nacional es lo mejor que me puede pasar en la vida. Es cuestión de trabajo duro, sacrificios, de no darte por vencido, porque en Uruguay existe mucha competencia interna. Hay demasiados jugadores y de enorme calidad, que juegan en equipos de todas partes del mundo. He tenido la oportunidad de ser convocado otra vez; por ello, no puedo bajar el nivel y debo de mantenerme en la misma forma».
No es fácil ser seleccionado. ¿Cuál es la clave? «Creo que el entrenador ve en mí a un jugador que hace mucho sacrificio a mitad de campo. Tengo mucha entrega, trato de recuperar la mayor cantidad de balones para asistir a mis delanteros y poseo una capacidad muy buena para estar en el lugar correcto. Leo el juego rápidamente y trato de que nos hagan menos daño, porque eso es lo principal. A lo largo de mi carrera, eso es lo que me he destacado».
TRABAJO PREVIO
«Creo que el entrenamiento de pretemporada es la base de todo el campeonato, ya que en cada partido se nota tu condición física. Debo tener la capacidad de ir y venir, recorrer el campo muchas veces durante 90 minutos. La preparación me ayuda a estar listo para responder en cada posición donde me tome el juego, de frente o de costado, y así muestre buena forma», explica el mediocampista.
«Me siento muy comprometido con lo que hago; siempre llego una hora antes para trabajar ejercicios de potencia en el gimnasio. Pienso que es la parte más importante de los jugadores, porque tenemos que aguantar el choque contra los rivales», explica. «Pero también es vital el trabajo mental. Durante los 90 minutos, debemos mantenernos tranquilos, con la cabeza fría. En la cancha es donde más ?caliente? está uno, tenemos menos de un segundo para reaccionar. Yo trato de ver las cosas más allá del momento para tomar decisiones con calma y sosegar a mis compañeros cuando es necesario, porque quedarnos con un hombre menos siempre es un riesgo».