Es una fruta accesible, fácil de conseguir y tiene con qué defender su buena reputación.
EL PROBLEMA: Tienes mala digestión
SOLUCIÓN: la grasa y la falta de hidratación dificultan el tránsito intestinal. La alta proporción de pectina, fibra contenida en la manzana, te proporciona sensación de saciedad mientras regula tus funciones intestina- les, combatiendo tanto la diarrea como el estreñimiento y retrasa la velocidad a la que los alimentos salen del estómago. Eso controla tu hambre durante más tiempo e incluso puede ayudarte a bajar algunos kilos. Su fibra reduce tu riesgo de desarrollar cáncer de colon.
EL PROBLEMA: Tienes altos niveles de colesterol o glucosa
SOLUCIÓN: Una manzana al día sí puede alejar al cardiólogo de tu vida. En un estudio de la Universidad Estatal de florida, quienes comieron manzanas secas a manera de botana (el equivalente a dos manzanas frescas) a diario por un año, presentaron una disminución de 23 por ciento en los niveles de colesterol «malo» (LDL).»Las manzanas son una gran fuente de una fibra soluble llamada pectina, que reduce la absorción de colesterol por parte del cuerpo», advierte el nutriólogo Bahram Arjmandi. Las manzanas crudas ofrecen el mismo beneficio. Además, los antioxidantes de la manzana reducen la absorción de azúcares y almidones, lo cual reduce los niveles de azúcar en la sangre y reduce el riesgo de diabetes tipo 2 en su etapa incipiente.
¡COMPRALAS EN EL MERCADO!
Un estudio realizado en Bélgica demostró que los antioxidantes que contienen las manzanas pierden poder si éstas se colocan en los estantes e, incluso, si son peladas. cómelas con todo y cáscara poco después de haberlas comprado.
ANATOMÍA DE LA MANZANA
116 calorías
30 g de carbohidratos de lenta asimilación
21% de la fibra
17% de la vitamina C que requieres (Basado en una dieta de dos mil calorías.)