Francesca Fusco, asistente clínica y profesora de dermatología del Hospital Monte Sinaí, nos dice cómo lavarlo.
IGNORA LA HISTERIA DEL CHAMPÚ
Busca productos que contengan zinc. Este mineral hidrata el cuero cabelludo, y evita la formación de hongos y pone fin a la descamación.
ENJABONA
Baja la temperatura del agua, el calor disuelve los aceites naturales del cabello. Masajea en movimientos circulares para limpiar desde varios ángulos. Enjuaga.
ACONDICIONA
Recuerda que el champú en ocasiones le quita al cabello las grasas naturales que lo protegen. Recupéralas con un enjuague acondicionador que incluya aceite de girasol, soya o almendras, ya que todos estos pueden cumplir esa función. Aplícalo como hiciste con el champú.
ENJUAGA
Los vasos sanguíneos se dilatan durante el proceso de lavado del cabello. Si lo enjuagas rápidamente con agua fría, los vasos sanguíneos se contraerán, dejando el pelo más brilloso y fácil de peinar. Usa champú y acondicionador al menos cada tercer día para que se mantenga saldable.