Haz que la chica de tus sueños muera por ti con unas simples palabras. Aquí explicamos cinco situaciones que puede serte útil conocer.
La sonrisa del extraño
Piensas: me analiza
Ella piensa: realmente no piensa nada. Únicamente sonríe.
Tu estrategia: cuando se trata del juego del amor, las mujeres y los hombres se encuentran en extremos opuestos. Ellas son pesimistas naturales mientras que, para ti, una sonrisa y te encontrarás listo para mostrarle tu cama.
«Evita el rechazo público al tomar en cuenta algunos factores», advierte el doctor Edward Morrison, especialista en Psicología Evolutiva en la Universidad de Portsmouth, en Inglaterra. «Una sonrisa de Duchenne (busca las patas de gallo en los ojos) demuestra intenciones genuinas. Si lo hace dos veces, tienes permiso para proceder».
El siguiente paso es la «maximización del espacio» y el «contacto intermasculino». Dale una palmada a alguno de tus amigos en la espalda y trata de recostar uno de tus brazos en el respaldo de una silla (señales primitivas de buena genética masculina que hacen ruido en las mujeres a nivel animal), entonces procede con un acercamiento lateral casual (en la barra del bar, por ejemplo, aproxímate por uno de sus costados e invítale algo). De acuerdo con el Social Issue Research Centre británico (SIRC), al acercarte de ese modo lucirás menos amenazador, lo que te permitirá continuar con tu estrategia.
La compañera coqueta
Piensas: «Si se pasea por mi escritorio de nuevo, hará un surco en la alfombra. Me quiere en su cama ya».
Ella piensa: «Otra vez ese idiota me mira el trasero».
Tu estrategia: pasar de las miradas al nudismo requiere que desactives su negatividad desde el principio. «El error típico es buscar una situación en la que estés solo», dice Richard La Ruina del grupo de citas PUA Training, en Inglaterra. «Para una mujer la línea entre seductor y acosador es muy delgada.» Acércate cuando platique con otra compañera y conversa sobre trivialidades (fines de semana, por ejemplo). Observa si ella hace «movimientos de aproximación» (los que hace hacia su propio cuerpo, lo que significa que no le interesas) o «gestos distantes» (los que son en dirección tuya), que indican apertura.
«Si después de cinco minutos sus pies apuntan hacia ti, invítala a ella y su amiga a una noche de bar para asegurarle que no será acosada», recomienda La Ruina. «Siempre podrá deshacerse de la amiga después.»
La mejor forma de proceder es invitarles un café. Un estudio realizado en la Universidad de Yale, en Estados Unidos, descubrió que la gente que sostiene una bebida caliente es más propensa a sentir a todos a su alrededor más amigables.
La «mailiza»
Piensas: «Tres besos para despedirse? Le mandaré carita feliz».
Ella piensa: «Este tipo no es bueno con las palabras, seguro tampoco con las chicas».
Tu estrategia: estudios realizados en la Universidad de Bath, en Inglaterra, dictan que las relaciones forjadas en el ciberespacio se desarrollan más rápidamente que las de la «vida real». «Las mujeres siempre terminan sus correos electrónicos con besos (representados, a veces, con la letra x), así que debes empatar el número que tú uses con el de ella», recomienda Marc Zakian, autor de Love @ First Site. Lo que no debes hacer es hablar sobre tu estado sentimental o realizar sugerencias sexuales. Charla sobre detalles de sus amigos, trabajo o familiares. «Esto eliminará su sospecha inicial y dejará claro que te preocupas por ella», añade. Usa lenguaje de charla y evita clichés, pues los percibirá como falsedad. Tampoco uses emoticons. Ellas quieren emociones reales, no una carita sonriente.
Primer beso
Piensas: «El peor escenario es el rechazo. El mejor es su cama. No hay de otra».
Ella piensa: «Traigo la peor ropa interior de la historia».
Tu estrategia: las directrices biológicas indican que los varones desean sexo», explica el experto en relaciones Michael Myerscough. «Pero ella está programada para filtrar a las parejas de alto riesgo«. Es por eso que tu amigo que habla con cada chica en el lugar nunca saldrá victorioso.
El éxito requiere de un ritmo perfecto, por ello debes poner atención a la regla de Myerscough: «Cuando estés fuera del bar, a punto de abordar el transporte público o en la entrada de su casa, debes buscar lo que llamo el viraje corporal completo«. Es el momento en que se da vuelta para quedar frente a ti. Este es el momento estelar. Si te lo pierdes, activa el Plan B y trata de identificar el «buscado de llaves».
«Si le toma más de 10 segundos encontrar sus llaves es porque busca ganar tiempo, esa es tu segunda oportunidad», comenta Myerscough. No la riegues esta vez. El titubeo no es sexy, a menos que seas Hugh Grant.
Las discusiones
Piensas: «Suspiro»
Ella piensa: «Jamás me escucha»
Tu estrategia: diluye la discusión con actitud positiva. «Algo encendió su mal humor, pero también carga cosas que ahora salen a la luz», señala Myerscough. «Quédate callado durante los siguientes 10 minutos y finge estar atento a lo que dice. Inclínate hacia ella y mantén la expresión facial neutra para mostrar preocupación». Inclina la cabeza hacia la derecha con la oreja izquierda hacia fuera. «El lado izquierdo es el femenino: lo usamos para mecer a nuestros bebés, por ejemplo», añade Myerscough.
Al inclinar la cabeza envías señales de empatía. Cuando se disperse su negatividad busca el beso de reconciliación. Haz gesto de beso con los labios al tiempo que la besas desde los pómulos hacia la barbilla para que libere serotonina, la hormona de la relajación.
«Una chica puede pasar de agresiva a sexual en cuestión de minutos, pero debes aprender a dominar su energía al satisfacer sus emociones», concluye Myerscough. Toma esta acción como un pasaporte a su alcoba.