Como un poco de aventura durante el verano puede llevar tu relación a un nuevo nivel.
Por Jerilyn Covert
Taylor Rees se aferraba al hielo, un resbalón y caería al abismo. Estaba oscuro –como suele ocurrir con los inviernos árticos– y el viento golpeaba en todas direcciones. Ella y su equipo, incluyendo a su novio, Renan Ozturk, habían salido a escalar en una barranca islandesa cuando de pronto ella se alejó del grupo sin querer y se halló a sí misma en una sección muy escarpada. Desorientada, se congeló. Renan la llamó, asegurándole que podía salir de ahí. Se acercó lo suficiente para tomar su maleta y pasarle una herramienta para sujetarse al hielo. Su pie se resbaló y ella moría de miedo. “Debes confiar en mí”, dijo Renan. “Abre los ojos y recupera la vertical. Ahora sal de ahí”. Taylor confiaba en él. Se habían encontrado en situaciones difíciles antes, como aquella vez que casi se quedan sin comida en la jungla de Birmania. Si hubiera estado sola, o con alguien que no fuera él, quizá no habría logrado salir. Pero estaba con Renan. “Confié en lo que me dijo, me tomé un minuto y salí de ahí”, dice. Taylor, de 32 años, y Renan de 38, son cineastas y aventureros que escalaron Grand Teton en su primera cita y regresaron para su quinto aniversario en 2016, varios meses después de la expedición al Ártico.
Y ellos son la prueba de lo que los psicólogos y muchas parejas saben: las aventuras incrementan el romance ya que te hacen sentir vulnerable y te acercan a la persona que quieres. (No es necesario poner en riesgo la vida; subirse a una montaña rusa basta). La naturaleza es un excelente lugar para conocer a alguien de verdad, y a ti mismo. Inténtalo este verano. Los escaladores desarrollan los mismos atributos que las parejas exitosas: confianza, apoyo, paciencia, comunicación y trabajo en equipo, además de un buen sentido del humor y perseverancia. Todo eso puede ayudarte a fortalecer tu relación, sin importar cuánto tiempo lleven juntos.
APRENDE A ESCUCHAR
Las situaciones de vida o muerte suelen mejorar la comunicación entre personas. Chris Weidner, de 43 años, un escalador y columnista, y su esposa Heather de 38, una escaladora profesional, viven en Boulder. “Ponemos nuestras vidas en las manos del otro”, dice Chris. “Cuando escalamos juntos, hacemos las emociones a un lado. Nuestro humor no importa en el momento, ya sea que estemos flirteando o discutiendo, nos mantenemos a salvo juntos”. Han descubierto que las habilidades que desarrollan en las rocas, como la capacidad de resolver problemas y comunicarse efectivamente funcionan también para los problemas de la vida diaria. “No sé cómo hacen otras parejas para superar estas cosas, pero para nosotros escalar funciona”. La jerga empleada en la montaña es muy precisa. “Al igual que los oficiales de policía o los pilotos de combate, los escaladores entrenan para reconocer palabras y señales de manera que no pierdan tiempo interpretándolas”, dice Stan Tatkin, terapeuta de parejas en Los Ángeles. Durante una pelea, las parejas tienden a reaccionar demasiado rápido, y las partes del cerebro encargadas de corregir errores no tienen tiempo de activarse, dice Tatkin. Es así como un malentendido se convierte en una gran discusión. La vida real es un campo demasiado amplio como para entrenar todas las señales, pero hay cosas que puedes hacer para reducir tu riesgo de malinterpretar las cosas. ¿Percibes que se está gestando una discusión? Mantente cerca de tu pareja de manera que puedas verla y escucharla bien. Pon atención y confírmalo todo. “¿Te entendí bien?” “¿Esto es lo que querías decir?” Las personas no suelen hacer eso porque asumen que lo que entendieron es correcto, dice Tatkin. Spoiler: probablemente no es así.
ABRAZA LAS DIFICULTADES
Emily Harrington de 31 años es una escaladora campeona. Subió a la cima de El Capitán en seis días, usando únicamente una cuerda de emergencia en caso de caída. En el mundo de la escalada, eso es algo impresionante. Durante ese tiempo, ella y Adrian Ballinger de 42 años durmieron en una diminuta plataforma suspendida en el aire. “No puedes alejarte de la otra persona”, dice Adrian. “La tensión y el estrés de Emily eran muy altos. Yo sólo podía apoyarla y curar sus manos. Aprendimos mucho sobre nosotros gracias a esa cercanía y estrés”. En la montaña, no puedes simplemente marcharte. En sitios con menor elevación, es más sencillo renunciar, y esa es una lástima porque aprender a superar el estrés juntos es vital para una relación, dice Lin Jovanovic, Ph.D., un psicólogo y terapeuta de California.
“Suceden cosas, quizá tienes hijos, sufres enfermedades. Las parejas necesitan aprender habilidades para superar esas situaciones”.
Lucha contra la tentación de marcharte. Pon atención a las señales de que te estás cerrando: ritmo cardiaco elevado, dificultad para respirar y concentrarte. Si las notas, no hay necesidad de pretender que estás atrapado en una montaña. Dile que necesitas un momento. Cálmate y luego (ésta es la parte realmente importante) regresa a ella. Con el tiempo, te conocerás mejor a ti mismo y sabrás cómo mantenerte en calma.
DE HECHO NO DEBERÍAN CONSEGUIR UNA HABITACIÓN
El sexo en exteriores es emocionante, pero no es perfecto. Tienes ramas en la espalda, tierra por todos lados… Brendan Leonard, de 39 años, y su prometida, Hilary Oliver, de 36, son una pareja aventurera que “se ha metido en sitios realmente sucios”, dice ella. “Nos hemos divertido”, afirma Brendan, en la playa y en senderos. “En ocasiones es arriesgado, pero eso es lo que lo hace emocionante. Me encanta tener sexo en la naturaleza”. Tatkin apunta que los escaladores juegan con la novedad y el peligro, y eso puede ser muy estimulante. Un encuentro cercano con la muerte activa el instinto y genera el deseo de preservar la especie. “Cuando hay gran peligro, las personas se unen para encontrar confort”, dice. Además, “en la naturaleza no hay planeación en cuanto al sexo. Una hembra se coloca en posición y el macho la toma. El sexo es mejor cuando no se planea, ya que la par- te del cerebro encargada de la planeación no es nada sexy”. Dicho eso, el amor no sólo se trata de sexo: hay muchos momentos románticos que tienen lugar cuando sientes frío o cansancio, como preparar la cena durante una escalada, o esperar en la tienda de campaña cuando está lloviendo. “Al final de un día largo de escalar, el sexo es lo último en mi cabeza”, dice Heather. “Un masaje en la espalda, por otro lado, es equivalente al éxtasis más profundo”.
CONFÍA EN TU COMPAÑERA
“La cantidad de confianza necesaria para practicar nuestro deporte inmediato crea un lazo especial que va más allá de las relaciones normales”, dice Heather. “Cuando aseguro la cuerda de Chris y le digo ‘te tengo’, él sabe que estoy con él 100 por ciento, puede intentar movimientos difíciles ya que estaré ahí para atraparlo. Es la clase de relación que las empresas intentan crear entre sus empleados. Nosotros lo vivimos a diario”. En 2016, Heather consiguió escalar una difícil ruta llamada China Doll después de 70 intentos en más de 50 días. Chris estuvo ahí todo el tiempo. “Él definitivamente sacrificó su tiempo para ayudarme a conseguir mi objetivo”, dice Heather. “Y ahora yo lo hago también”. Muchas parejas culpan a la mala comunicación cuando en realidad su problema es que no se ven como un equipo, dice Jovanovic. “En la montaña, sólo debes concentrarte en la montaña. Cuando vuelves a casa aparecen los egos. Piensa en cómo pueden formar un equipo, en vez de pelear”. ¿Cómo hacerlo? Debes percibir los problemas como amenazas a la relación, no como afrentas personales. “Todas las parejas deberían realizar un viaje de mochilero o experimentar la naturaleza porque cuando estás allá afuera estás comprometido”, dice Chris. “No puedes escapar de la incomodidad. Es algo que revela la persona que eres en verdad. El frío, hambre, sed, fatiga, miedo y vulnerabilidad te hacen despojarte de las máscaras”. En el sendero (o en tu patio trasero bebiendo cerveza), haz que tu pareja sea tu compañera de equipo. Hablen sobre las metas que tienen en común, dice Jovanovic. Demuestra curiosidad sobre las cosas que la motivan. Dile, “cuéntame más sobre eso”, “¿Por qué es importante para ti?”. Es una prueba de que estás abierto a ser influenciado por ella, y eso los hará más felices a los dos. (Bono: la hará sentirse realmente estimulada). Las mujeres son educadas por la sociedad para no ser directas, así que tienden a resolver problemas ofreciendo sugerencias, dice Jovanovic. Pero en vez de percibir eso como algo positivo, los hombres suelen interpretarlo como una competencia o una orden. Es ahí donde aparece la dinámica de “suena como mi madre”, dice Jovanovic. Escucha su idea, incluso si no tomas el consejo.
EXPANDE TUS HORIZONTES
Las parejas que pasan tiempo en exteriores saben que cuanto más amplia sea la vista, más cerca te sientes del otro. Cuando Heather acom- paña a Chris, “sólo estamos los dos en kilómetros a la redonda, colgando de una roca, rozando caderas. La cercanía es algo muy estimulante”. Además, la naturaleza siempre ofrece maneras de iniciar una conversación. “Todo lo que te rodea brinda la posibilidad de char- lar”, dice Renan. “Es más fácil hacerlo ahí que en un restaurante lujoso”. Su esposa, Heather, recuerda la primera cita, escalando Grand Teton. La noche previa, durmiendo en una hamaca, intercambiaron un incómodo primer beso. Durante la escalada, sintieron una fuerte conexión, “hablando y riendo mientras subíamos”, dice ella. Pero cuando llegaron a una sección difícil, descubrieron que ambos tenían la capa- cidad de continuar en silencio sin perder la intimidad. La vista desde las alturas es una gran herramienta de conexión, dice Jovanovic. “Parte de eso es la mentalidad de ‘nosotros contra el mundo’, pero también la posibilidad de alejarte de lo común y vivir en el momento”. Repliquen esa sensación dondequiera que estén. Aparten cinco minutos por día para sentarse junto al otro y sólo existan. Pueden tocarse, agarrarse de las manos y sólo permanecer callados, dice Jovanovic. Y la próxima vez que se encuentren en un lugar hermoso y sereno, observen con atención y conviertan el momento en una experiencia romántica.
*Este artículo apareció primero en Men’s Health México de agosto*