Hace unos días recibimos en la redacción a un auténtico ídolo del deporte mexicano, nos referimos a Jahir Ocampo. Su talento, dedicación y carisma lo convierten en un hombre MH en toda regla. Conversamos con él sobre su historia deportiva y lo que espera del futuro.
Desde los cinco años, Jahir Ocampo empezó a explorar el mundo del deporte y el arte de sumergirse en el agua. Desde el primer día en que su mamá lo llevó a una clase de clavados, se lanzó del trampolín de tres metros sin pensarlo y salió sin miedo del agua. Ese día de clases se convirtió en años de largos trayectos a entrenar después de la escuela, llegar a casa bien entrada la noche, hacer tarea y repetir al día siguiente.
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Actualmente, Jahir Ocampo es uno de los clavadistas mexicanos más reconocidos a nivel internacional, es medallista del Campeonato Mundial de Natación y quinto lugar en trampolín de 3 metros sincronizados en los Juegos Olímpicos de Río 2016, en pareja con Rommel Pacheco.
ALGUNAS PIEDRAS EN EL CAMINO
Llegar hasta donde está ahora le ha costado años de trabajo y sacrificio. Desde el 2008 estuvo a punto de ir a los Juegos Olímpicos de Beijing, pero su sueño se vio truncado por una lesión de rodilla sólo dos meses antes del selectivo, y no clasificó. Jahir Ocampo recuerda que fue un momento extremadamente difícil en su carrera, al grado que casi deja los clavados para siempre.
Es por eso que al calificar en los Juegos Olímpicos ocho años después, en 2016, el clavadista sintió una sensación de logro inexplicable. “Llegar a mis primeros Juegos Olímpicos fue un sueño cumplido para mí, mi familia y mis entrenadores, era el momento perfecto y estaba listo mental y físicamente”.
Ser clavadista y atleta de alto rendimiento sin duda no es tarea fácil. Todo el talento y horas de entrenamiento deben verse reflejados en segundos de competencia, y no puedes dejarte vencer si algo algún día sale mal. Aunque con su experiencia y temple, este ídolo mexicano lo tiene todo bajo control: “La clave esta en no frustrase, siempre dar lo mejor de ti y saber que siempre hay algo bueno en todo. Siempre puedes cambiar tu actitud hacia las cosas y eso es lo importante”, afirma.
CON LOS PIES EN LA TIERRA
Jahir Ocampo asegura que: «ser un deportista de élite no lo hace más especial que los demás. No soy diferente a nadie. Todos en el trabajo que desempeñamos somos de alto rendimiento, cada persona tiene un talento único y una esencia que tenemos que respetar y liberar de cualquier etiqueta”. Y sobre los retos que enfrenta para el futuro próximo explica que: “Todavía no encuentro mi punto más alto en el deporte. El siguiente año viene lo bueno. Mi meta más grande es crecer físicamente, mentalmente y espiritualmente”. Para escuchar nuestra conversación completa con Jahir Ocampo, no te pierdas el podcast de Men’s Health.