La historia está llena de falsedades que persisten y que la gente las considera ciertas. Pero no lo son. Aquí te mostramos la realidad.
La historia está llena de falsedades que han creído millones. Que la Tierra es plana. Que un hombre puede usar cola de caballo y salirse con la suya. Que Jennifer López es una cantante seria. Muchas de estas ideas se disipan tan pronto como aparecieron. Otras, en cambio, persisten hasta que la gente las considera ciertas. Pero no lo son. Aquí te mostramos la realidad.
El mito
Las mujeres aman las sorpresas
La realidad Más que eso, les encanta la anticipación. Si a una chica le informas sobre la escapada de fin de semana que planeas, le darás algo qué esperar (y le ayudarás a prepararse mejor). Planear con ella su fiesta de cumpleaños no arruinará el momento. «La previsión es una señal de que algo te importa. Y a las mujeres siempre les interesará saber a qué le das importancia», dice Laurie Puhn, consejera conyugal y autora del libro Fight Less, Love More. Puedes mantener parte del misterio dándole unas cuantas pistas. Si, por el otro lado, ella piensa que no has planeado nada, seguramente se enojará tanto que necesitarás sorprenderla con algo muy grande para compensar.
El mito
Mi doctor me dirá si encuentra un problema
La realidad Los médicos suelen estar muy ocupados. Generalmente, viven concentrados en problemas inmediatos. No recuerdan tu pasado y no pueden ver tu futuro. «Un nivel relativamente alto de colesterol en la sangre de una persona de 25 años no necesariamente los hará detenerse a advertirle que coma menos hamburguesas», dice el doctor Brian Morris, de UCLA. Así que mejor toma el control tú mismo. Si te practican exámenes, hazles dos preguntas y una petición: «¿Cómo estuvieron mis resultados?», «¿necesito hacer cita de nuevo para darle seguimiento a esto?» y «¿me puede dar copia de los resultados?».
El mito
Rentar es una estupidez
La realidad A menos que planees quedarte mucho tiempo en un lugar determinado, hacerte de una casa no es la mejor inversión. Junto con los pagos de la hipoteca, hay costos de mantenimiento, impuestos y muchas otras sorpresas. Con una renta, tienes un techo sobre la cabeza sin tener que cubrir cuestiones básicas del mantenimiento. Usa el dinero que sobre luego del pago de la renta e inviértelo, dice Ramit Sethi, autor del libro I Will Teach You To Be Rich. Por otro lado, una renta te da libertad para moverte de un lado a otro sin ataduras.
El mito
Trabaja en tu relación de pareja como si se tratara de un empleo
La realidad ¿En qué lugar se encuentra el trabajo en tu lista de cosas favoritas? La vida de pareja no debe parecerse en nada al tiempo que pasas en la oficina. Si te emociona tanto una cena de aniversario con tu esposa como una reunión de resultados de la compañía, hay algo mal ahí. Esto no significa que no puedas hacer equipo con tu chica para compartir ideas y encontrar juntos soluciones a problemas o retos. Pero se trata de que sea disfrutable. «La gente que se ama y tiene una buena relación tiene que tratarse bien mutuamente», dice Michael McKee, psicólogo de la Clínica Cleveland.
El mito
Trata a los demás como te gustaría ser tratado
La realidad Suena bien. Sin embargo, esta regla «de oro» es simplista, un poco egoísta y no muy aplicable en una relación de pareja. «No a todo el mundo le gusta lo mismo», dice McKee. Si no conoces bien a la persona, comienza escuchando. «Nunca vas a fallar si sabes escuchar», dice McKee.
El mito
No dejes que tu hijo gane
La realidad «Muchos papás sienten la obligación de preparar a sus hijos para el mundo cruel», dice el psicólogo Lawrence Cohen, autor del libro Playful Parenting. Pero no. Tu obligación es, más bien, ayudarlos a construir la confianza en sí mismos. Cuando sea pequeño, déjate ganar fácilmente. Luego, mientras crezca, sube tu intensidad y nivel de desempeño. Eventualmente, cuando sea mayor, pregúntale si está listo para tu mejor juego. Te agradecerá la honestidad y, al final, verás que sus victorias serán completamente merecidas.
El mito
El lavado en seco arruina la ropa
La realidad Sólo evita hacerlo en exceso. Abrigos: una vez cada cuatro a seis meses; luego, cuélgalos en ganchos de cedro. Trajes: luego de cuatro puestas o cuando sea absolutamente necesario, dice Steven Faerm, de la escuela de diseño Parsons. No dejes las manchas por mucho tiempo, pero deja que los profesionales las quiten. Cuando lo hagas, explícales cómo fue que te ensuciaste. El proceso para quitar una mancha dependerá de cómo llegó a tu ropa.
El mito
Sé su padre, no su amigo
La realidad Aquí, lo más importante es tomar el pulso del momento. Hay ocasiones en que necesitarás regañar y castigar (por ejemplo, si usó tu rasuradora para cortarle el pelo al perro), porque es una situación en la que hay que poner límites. Sin embargo, en casos menos graves, muéstrate comprensivo y amoroso. De esta forma, le darás confianza en ti y te sentirá más cercano. «Se acercarán más a ti porque sabrán que no explotarás por cualquier cosa», dice Cohen.
El mito
Los coches usados, certificados por una agencia de autos, son el mejor negocio
La realidad No siempre. «En estos casos, pagas por la facilidad y la tranquilidad», dice Philip Reed, editor en jefe de la sección de asesoría de edmunds.com. Puedes encontrar mejores precios si acudes a los lotes donde los particulares venden sus autos. Pero es importante que los revise tu mecánico antes de comprar.
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El mito
El ejercicio cardiovascular a ritmo lento no sirve de nada
La realidad Sí, los sprints por intervalos son perfectos para bajar de peso y hacer condición física. De cualquier manera, las carreras largas y con ritmo también deben formar parte de tu rutina. Un paso moderado ayuda a mejorar la capacidad de tu corazón, lo que te permitirá subir de tono en otros ejercicios, dice Bill Hartman, dueño del gimnasio Indianapolis Fitness and Sports Training. Si no tienes una carrera próxima para la cual entrenar, haz ejercicio cardiovascular menos intenso. Establece una base para tus entrenamientos normales y, luego, aumenta trabajo a intervalos. Con una vez cada 10 sesiones te bastará.
El mito
No hay problema demasiado pequeño para tu doctor
La realidad Si todos fuéramos al médico cada que nos doliera algo, la siguiente cita disponible sería en febrero de 2012. De cualquier manera, debes acudir a él sin falta si tienes alguno de los siguientes síntomas sin explicación posible: dolor agudo, especialmente en el pecho; problemas con la respiración, el hambre o la sed; fiebre muy alta; sangre en la orina o en heces fecales; lunares que han cambiado de forma. Llama al consultorio de tu médico y describe los síntomas. Si tu doctor no da consultas breves por teléfono, cámbialo a la primera oportunidad.
El mito
Ser persistente ayuda mucho cuando buscas trabajo
La realidad Es útil si ya sabes que te consideran un buen candidato pero no tienen vacantes disponibles por el momento. Si te dicen algo como «tendremos tu currículo en cuenta para el futuro», dales las gracias y sigue adelante. No querrás parecer desesperado. Un jefe nunca dejará en la incertidumbre a un candidato bueno. «Te buscarán, sin duda», dice Cynthia Shapiro, autora del libro Corporate Confidential.
El mito
«No se tolerará a los niños respondones»
La realidad Si tu hijo se pone al tú por tú contigo en una discusión, eso no significa que te falte al respeto o que se vaya a convertir en un delincuente juvenil. Seguramente no está feliz por el momento. El mejor antídoto es darle a entender con palabras o lenguaje corporal que la discusión terminó. «A la larga, aprenderán que eso no resuelve nada», dice el psicólogo Anthony Wolf, autor del libro Get Out of My Life, but First Could You Drive Me & Cheryl to the Mall?
El mito
Un esmoquin es buena inversión
La realidad Un traje oscuro -negro o azul marino- puede ser mejor opción. «La mayoría de los esmóquines se ven demasiado rígidos, como una armadura», dice Faerm. En cambio, un traje te ofrece versatilidad y estilo a largo plazo. Cuando vayas a comprar uno, revisa primero los más caros. Fíjate en la calidad de sus telas, costuras y ojales, por ejemplo. Luego, busca esa misma calidad en los de menor precio.
El mito
Haz que cada repetición en el gimnasio
La realidad Cuando entrenas, no puedes esforzarte al 100 por ciento en cada movimiento que hagas: tu cuerpo no tiene tanta energía. «Se necesita llegar a un equilibrio», dice Hartman. Mantener una buena forma al levantar pesas es la meta más inteligente. Organiza tus rutinas así:
-Semana uno: nivel introductorio.
-Semana dos: aumento en la intensidad.
-Semana tres: alta intensidad.
-Semana cuatro: recuperación.
A la cuarta, cambia de rutinas, pero sigue este mismo patrón. Verás que, a la segunda vuelta, te será más fácil pasar por la semana de mayor intensidad. Luego, cada tres o cuatro meses, date unos cinco días de descanso para recuperarte bien.
El mito
Las mujeres quieren que muestres tu lado vulnerable
La realidad En el momento en que empieces a berrear, ella comenzará a preocuparse. «A ella le atrajo tu fuerza. Necesita que seas fuerte», dice el psiquiatra Scott Haltzman, autor de The Secrets of Happily Married Men. Pero, entre las lágrimas y la ecuanimidad absoluta, ellas siempre preferirán un feliz punto medio, en donde sí haya alguna emoción. Algo como «eso me hace feliz» o «eso me pone nervioso» bastará para que le demuestres que sí eres capaz de sentir algo.
El mito
No te preocupes, son grasas saludables
La realidad Es bueno consumir grasas saludables, como las del aceite de oliva y las nueces. Sin embargo, una taza de almendras contiene 160 calorías. Una taza de aceite de oliva, 120. Así, es fácil que consumas tu dosis diaria de calorías antes de que te sirvan la cena. «Las calorías sí deben contar», dice el doctor Chris Mohr. Si te mueres de hambre, come pistaches: gracias al trámite de tener que quitarles la cáscara, comerás menos.
El mito
A la compañía donde trabajas le importa tu desarrollo personal
La realidad A las empresas sólo les interesa su propio desarrollo. Si te consideran parte clave en él, seguro harán lo posible para que aprendas nuevas cosas y crezcas en distintos niveles. Sólo que, si te piden que entrenes a alguien más, cuidado: es posible que vayas a preparar a tu reemplazo. Si sucede, no está de más que busques un mejor trabajo… mientras todavía tienes uno.
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El mito
Sé honesto sobre los puntos menos atractivos en tu currículo
La realidad Mejor dales la vuelta. «Se trata de que empaques el tema en el enfoque más positivo posible», dice Shapiro. Por ejemplo, la mayoría de las empresas no hace pública la información de despidos; así que, si fuiste víctima de uno, no tienes que decirlo tal cual, basta con que menciones que hubo «recortes de personal». Di que has aprendido de cada lugar en el que has trabajado y que, en todos, has encontrado gente valiosa. Evita que piensen que hablas mal a espaldas de la gente.
El mito
En mi oficina el código de vestido es casual
La realidad «Aunque te inviten a vestirte «como quieras», no lo dicen en serio», dice Shapiro. Lo mejor que puedes hacer es fijarte en el look de los empleados con más futuro y tratar de copiar su aspecto, conducta y forma de hablar. Muy pronto, los jefes te verán como uno de ellos.
El mito
Ella puede convertirse en tu amiga con beneficios
La realidad Es posible. Sólo que, si el sexo es espectacular, su cerebro se inundará con oxitocina, que es la hormona que, entre otras cosas, promueve la vinculación afectiva. «A la mayoría de las mujeres se les dificultará mucho no engancharse con alguien con quien tienen buen sexo», dice la doctora Laura Berman, autora de The Book Of Love. O sea que, si no la quieres como novia, asegúrate de no ser un campeón en la cama. Ojalá que te sea muy difícil…
El mito
Tu hijo debe asumir la responsabilidad de sus errores
La realidad Hacer que tu hijo repita una y otra vez «no debo usar al gato como pelota de baloncesto» no hará que se lo crea. Lo ideal es que promuevas su capacidad para reflexionar sobre sus acciones. «Debes decirle algo como «lo que hiciste está mal; espero que no lo vuelvas a hacer», dice Wolf. Eso hará que se detenga y piense en lo sucedido.
El mito
Concéntrate en su orgasmo antes que en el tuyo para hacerla feliz
La realidad Es una idea noble pero no es lo que ella necesita. A muchas se les dificulta mucho alcanzarlo, y el que tú asumas la misión de provocarle uno solamente hará que se sienta presionada. El encuentro debe ser más sobre intimidad. Y eso comienza con palabras. Hazle saber que todo está bien contigo para que pueda relajarse y no sienta que debe aplicarte la vieja treta de fingir un orgasmo, dice Berman. Si la sientes muy cómoda, podrías sugerir que use un vibrador. Casi todas las mujeres tienen uno, aunque no debes verlo como un reemplazo para tu maravillosa herramienta. A las mujeres les interesa mucho la conexión emocional, dice Berman.
El mito
Amasa una fortuna ahorrando en cosas pequeñas
La realidad Al dejar de gastar en tazas de café de Starbucks, podrías llegar a ahorrar hasta unos mil dólares al año (si lo consumes diario, claro). Pero sería un recordatorio constante del sacrificio que estás haciendo. «Eso puede hacer que tu vida sea miserable», dice Dayana Yochim, asesora en Finanzas de Motley Fool. Es mejor que te enfoques en cosas grandes. Por ejemplo, llama a tu aseguradora y pídeles que suban tu deducible pero que bajen la prima. Ahora, conduce con cuidado y disfruta tu café. (OK. No hagas las dos cosas al mismo tiempo…)