En la nueva película de 300, Sullivan Stapleton y su grupo de guerreros usan espadas y una musculatura épica para combatir a los malos.
SER UN ACTOR CON UN ABDOMEN PERFECTAMENTE CINCELADO NO ES CUESTIÓN DE SUERTE: HAY QUE PONERSE A CONSTRUIR ESE LAVADERO. «A mis 35 años, jamás pensé que podría presumir un six-pack», comenta Sullivan Stapleton, estrella de 300: Rise of an Empire. «Siempre pensé que tener uno marcado era una bendición genética», me dice, mientras le da un trago a su cerveza, una Coopers Sparkling Ale. «Pero no lo es», asegura. «En realidad, solo tienes que estar dispuesto a hacer lo necesario para conseguirlo».
Puede ser que no hayas escuchado el nombre de Stapleton, pero seguro estás familiarizado con la película 300, la superproducción de 2007 que provocó, incluso, que los hombres en mejor forma voltearan a ver con cierta vergüenza hacia su torso. En su momento, este filme también convirtió a otro actor relativamente desconocido, Gerard Butler, en una garantía de taquilla.
Al igual que Butler, Stapleton transformó drásticamente su cuerpo para interpretar este papel. Y ahora, como en el caso de Gerard, también es probable que modifique dramáticamente su vida. En 2010, una cinta australiana independiente, titulada Animal Kingdom, ganó el premio principal en el Festival de Cine de Sundance y un actor de reparto de dicha película, un tal Sullivan Stapleton, atrajo las miradas de los cazadores de talento de Estados Unidos.
En ese momento, Sullivan tenía otro empleo alterno para mantener su carrera como actor. «Una semana después de terminar de rodar Animal Kingdom, ya formaba parte del elenco de una obra de teatro», comenta. «Así funciona la industria del cine en mi país o, al menos, así es para mí».
Sin embargo, eso cambió radicalmente. Poco después obtuvo un papel importante en una serie original Cinemax: Strike Back, ahora en su cuarta y última temporada. Eso fue realmente bueno para el australiano. Aunque fue su desempeño en Animal Kingdom lo que llamó la atención de Noam Murro, director de 300: Rise of an Empire. «Lo que vi en esa película fue a un actor fenomenal», expresa Murro.
Stapleton recuerda su primer encuentro con el director: «Noam me dijo: ‘Guau, cuando cierro los ojos, todo lo que escucho es a Russell Crowe’. Ya había escuchado antes esa comparación, aunque nunca de un renombrado director y eso me pareció bastante grandioso. Así que le contesté: ‘Quizá sueno como Russell Crowe, pero yo soy mucho más barato que él'».
Ahora todo lo que tenía que hacer era ponerse a entrenar. «Pensé: ‘Tengo que desarrollar un montón de músculos'», comenta Sullivan. «Pero fue todo lo contrario. Ellos querían que estuviera tan delgado como fuera posible».
«Ellos» son los expertos en el Gimnasio Jones, un centro de fuerza y acondicionamiento privado, localizado en Utah. Es propiedad de Mark Twight, un hombre famoso en la industria del fitness por su poca tolerancia para la holgazanería y su éxito en cincelar cuerpos de actores. Después de todo, lo demostró al entrenar al elenco de 300.
En solo 12 semanas, Stapleton se las arregló para librarse de 10 kilos de pura grasa. «Nunca antes había hecho algo similar en un gimnasio», comenta el actor. «Llegaba a entrenar por las mañanas, miraba mi rutina y decía: ‘Ah, está bien, así que este es el entrenamiento de hoy’. Y Twight me contestaba: ‘No, ese es el calentamiento'».
«Un ejemplo, las planchas con remo-burpi», señala Sullivan. «Las llevas a cabo sujetando las mancuernas. Son una combinación de burpi en donde te colocas en cuclillas, avientas los pies hacia atrás y haces una lagartija. Pero mientras te encuentras en lo alto de esta última, realizas un remo con cada brazo y luego saltas de nuevo a la posición en cuclillas. Eso es una repetición.
«Para ponerlo en perspectiva, completar 20 repeticiones con un peso desafiante comenzará a reducir tu cintura. Mark me ponía a hacer de 50 a 100 de estas solo como calentamiento».
Al término de este ejercicio, seguía con una rutina que denominaba «Superman», una sesión de entrenamiento que consiste en una prueba física y mental brutal. ¿Podrás sobrevivir a ella? No hay otra opción, al menos no en el mundo de Mark Twight. El eslogan del sitio web Gym Jones es: «El entrenamiento es doloroso, no hay atajos».
Pero al finalizar estos movimientos, las rutinas de Stapleton aún no terminaban. Seguían 90 minutos de lucha con espada. El actor pasaba de 10 a 12 horas al día en el set de Strike Back, serie en la que trabajaba mientras se preparaba para 300: Rise of an Empire. «Si sigues capítulo a capítulo esa serie, notarás una transformación increíble, porque yo estaba entrenando para la película», comenta Sullivan. «Un día me di cuenta de que tenía un six-pack. Pensé: ‘¡Oh, Dios, mira eso!'».
HOY STAPLETON PARECE SORPRENDENTEMENTE NORMAL, EN FORMA SEGURAMENTE, PERO NORMAL. Este es el verdadero Sullivan Stapleton. Entonces, ¿qué le pasó al lavadero que orgullosamente mostraste en la película? «Permanecer así es realmente aburrido», comenta el actor con una sonrisa. «Si vamos a salir a cenar, tú puedes elegir cualquier cosa del menú y yo tendré que pedir un bistec asado. Tomas una copa de vino, yo agua. Y a mí me encanta el vino».
Es una verdad que no se escucha a menudo en Hollywood o, incluso, en revistas como Men’s Health. Todos hablan de cómo conseguir un six- pack marcado, pero no de qué pasa cuando ya lo conseguiste. «No es tan malo cuando te pagan por hacerlo, pero mantener siempre un abdomen bien marcado simplemente no vale la pena para mí», asegura Stapleton.
En las películas, ves a los actores en un momento de su vida: se marcan para interpretar un papel. Para Sullivan, 300: Rise of an Empire es solo eso, un momento, pero uno realmente grande, potencialmente.