Asegúrate de ser un paciente con prioridad cada vez que lo llames. Pues nada es tan dañino como no saber qué padeces.
Si necesitas ver un médico, esperamos que no vivas en una ciudad demasiado poblada, como la de México, donde una consulta promedio en los hospitales de seguridad social tarda cerca de 60 días. En otros países, la situación es similar, incluso en Estados Unidos. Por ejemplo, en Boston, ser atendido te tomará unos 54 días. Las demoras son el resultado de la reforma en materia de salud, las cuales garantizan cubrir a gente sin seguro médico. Pero ¿adivina qué? Si se adoptaran reformas similares a escala nacional, podría aumentar el número de días de espera. Al menos ese es el resultado del estudio de Merritt Hawkins, una firma de contratación médica que investiga el tiempo de espera.
En general, tendrás que esperar un promedio de 17 días para ver a un ortopedista si tienes mal una rodilla, y un asunto urgente no logra atenderse fácilmente. ¿Batallas con bronquitis? 53% de quienes se sentían mal dijeron que no les fue posible ver a su médico ese mismo día o el siguiente, de acuerdo a un estudio extraído de la Commonwealth Fund, un grupo independiente de investigación sobre el cuidado de la salud.
Pero mientras que para ti puede ser más duro que nunca luchar porque te atiendan, es imposible asegurar que tu ocupado doctor no divida su atención. Les solicitamos a los doctores y a los expertos en medicina tips secretos para asegurarte el mejor acceso a tu médico.
Anota tu cita
No asumas que tu absceso lleno de pus te llevará hasta el frente de la fila. Las recepcionistas han escuchado de todo antes de que tú llegaras. «Necesitas ser cuidadoso para convencer al supervisor de que en verdad necesitas ver al médico pronto», dice el doctor Paul Konowitz, director médico de HealthAngle.com, un sitio de información para los pacientes. Él sugiere que brindes todos los detalles que puedas y después especules acerca de lo que podría significar. Si te sientes mareado, por ejemplo, haz hincapié en que eso afecta tu habilidad para trabajar y funcionar como es debido, diles que temes caerte en las escaleras y cuentas con antecedentes familiares de problemas neurológicos y eso te preocupa. Una vez que el o la recepcionista tenga esta información, probablemente podrá presionar para que tu cita quepa en uno de esos huecos que típicamente reservan los doctores todos los días para atender las visitas de urgencia.
Presúmelo si lo tienes. «Si tienes un buen seguro, esa será tu entrada», dice Mark Smith, presidente de Merritt Hawkins. Algunos son apreciados por los médicos por su paga casi inmediata. Mencionar alguno de estos puede abrirte las puertas más rápido. Si estás en un plan Premium, también dilo (no necesitarás referencias y, probablemente, los estudios extras estarán cubiertos). Finalmente, si estás dispuesto a pagar en efectivo, lo debe saber. Los consultorios médicos aman a los clientes que pagan en efectivo, dice Smith.
Aprovecha un espacio vacío. A diario, un promedio de 20% de pacientes cancelan su cita, dice Gina Minas, directora de referencias médicas y recursos para la salud en el Hospital Northwestern Memorial de Estados Unidos. «Siempre pregunta si puedes ser colocado en la lista de espera».
Ve sobre la agenda. Si la recepcionista no te inscribe en la lista, llama de nuevo y pregunta por el gerente del consultorio, o la enfermera o asistente personal del médico, recomienda el doctor Konowitz. Cuando te puedas poner en contacto con alguna de estas personas, explícale claramente el problema que la recepcionista no ha captado. Esa persona podrá decirle a ella que añada la fecha para tu cita.
Haz que el doctor te escuche
Aproximadamente la mitad de las citas médicas duran menos de 15 minutos, de acuerdo con una encuesta realizada por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades. Aún así puedes tener una visita a la cual le saques provecho en ese tiempo: no hagas bromas. «No hay tiempo para conversar durante tu cita», dice Smith. Guarda los chistes para el final de tu visita. Aquí podrás encontrar otras formas de aprovechar toda la sabiduría de tu doctor.
Prefiere los días menos llenos. Los viernes suelen ser los días más flojos de la semana para los consultorios médicos, así que tu visita podrá ser menos apresurada, dice el doctor Mark Welton, jefe de cirugías colorrectales de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos. Siempre pide tu cita a primera hora de la mañana o después de la comida, cuando el doctor esté menos apurado, dice la doctora Anne Chapas, una asistente clínica y profesora de dermatología en la Universidad de Nueva York. «Comenzamos a tiempo, pero hacia el final del día, las cosas pueden ponerse pesadas», dice.
Jerarquiza tus preguntas. «Quince minutos no es tiempo suficiente para que te examinen y respondan todas tus dudas. Así que haz una lista de las más importantes«, aconseja la doctora Chapas. «Pregunta cosas como: ¿Cuáles son los alimentos que debo consumir para bajar mi colesterol?«, dice Chapas. Si terminas de preguntar las básicas y aún queda un poco de tiempo, haz las que te sobren. Evita las del tipo «sí-no».
Encuentra lo que buscas. Antes de irte, consulta a tu médico si hay algo más que deberías preguntar, añade el doctor Welton. ¿Te hace falta saber una cosa? ¿Hay algo que ellos asuman que sabes? Eso hará al doctor pensar más a fondo acerca de los detalles de tu problema que no se hayan tocado durante la cita.
Prepárate para lo que viene
Si esperas los resultados de los estudios o alguna otra retroalimentación del doctor, necesitas entender cómo a él o a ella le gusta comunicarse. Algunos médicos devuelven la llamada telefónica al final de su día; otros llaman solamente cuando tienen malas noticias. Algunos les dicen a los laboratorios que te contacten o, raras veces, ellos mismos te mandan una carta o un correo electrónico. «Así que antes de abandonar el consultorio, pregunta cómo y cuándo recibirás tus resultados«, dice la doctora Chapas.
Si has esperado tiempo suficiente y aún no recibes noticias del doc, está bien marcar para recordarles que el médico no te ha llamado, incluso si lo haces tres veces al día es correcto, dice Konowitz. «Dos o tres mensajes atraparán más rápido mi atención que sólo uno.» Si piensas que te quedarás esperando en el teléfono, intenta lo siguiente.
Haz valer la ley. Las leyes de privacidad previenen que tu doctor facilite a cualquier otra persona tu información médica por teléfono. Eso quiere decir que no puede dejar un mensaje detallado en tu contestadora o a cualquier persona de tu casa sin tu consentimiento por escrito, dice la doctora Chapas. Dale a tu doctor un «ok» para que te deje un mensaje o le dé a tu esposa tu información médica en caso de ser urgente.
Toma el teléfono. Algunos médicos checan su e-mails más seguido que los mensajes en sus teléfonos, dice Erin Moaratty, jefa de la oficina de proyectos especiales para la Fundación de Defensa para los Pacientes. «Los doctores pueden responderte en lo que hacen otras tareas», dice. Pregúntale al médico si eso es lo que prefiere y después toma su dirección de correo. Pregunta todo lo que desees de manera breve y refresca la memoria de tu doctor acerca de tu condición.
ALERTA Por fin me recibirá el doctor
Si no puedes conseguir una cita para ver al profesional, investiga si hay algún asistente médico en el consultorio. Estas personas usualmente tienen un grado certificado en medicina (quizá son residentes) y pueden realizar de todo, desde estudios físicos y tratamientos para lesiones, hasta diagnósticos preliminares de las condiciones del corazón, cáncer y otras enfermedades. «Los asistentes del médico pueden ordenar estudios y dar seguimiento a los casos con sus doctores supervisores, en caso de notar algo», dice Jim Delaney, un asistente de medicina en el departamento de cirugía ortopédica en la Universidad del Sur de Texas, en Estados Unidos.