Estos son consejos para sobrevivir lo inevitable y mantener la sangre fría con los clientes alterados. Sabemos que te servirán.
Identifica a tus enemigos
«Si sabes qué situaciones te provocan estrés, tienes ganada la mitad de la batalla. Hay quienes sienten presión, pero no saben de dónde. Yo sé que cuando hay una fila de espera de más de 100 metros más allá del edificio es que va a ser un día duro».
Lidia con tu problema
«Sobre todo en las dos semanas antes del 15 del mes, tenemos clientes constantemente, sin descanso. Pero no te puedes preocupar por el próximo cliente. Concéntrate en cada individuo en lugar de pensar en toda la carga de trabajo y en las personas que están esperando por ti».
Comparte tu estrés
«Después de un tiempo difícil con un cliente, me desahogo con un compañero de trabajo.
Decírselo a alguien te saca el estrés del pecho. Y tus colegas saben que estás allí para escucharlos cuando lo necesiten».
Neutraliza a los atacantes
«Para evitar el estrés, a veces tengo que calmar a otras personas. A veces las personas se enojan porque me ven como el IRS y me agreden verbalmente. Yo les cambio el punto de concentración a un problema específico de los impuestos y la ira desaparece. Si eso no funciona, les digo que se relajen y que bajen la voz, y que ser groseros no les va a servir de nada. Si uno les grita las cosas empeoran».
Sé optimista
«Cuando la situación está muy tensa, me escapo por un minuto, incluso si tengo que dejar al cliente solo, para recuperar mi compostura. Antes, hago énfasis en que lo vamos a resolver todo. A veces las personas están tan preocupadas que se sienten simplemente mejor cuando uno les da ánimo».
Ofrécete de voluntario
«Por muy extraño que parezca, una de las maneras de relajar en la época de las declaraciones de impuesto es ofrecer servicios voluntarios en un sitio que dé asesoría gratuita de los impuestos. Uso los conocimientos de mi trabajo para ayudar a la gente y eso me hace sentir bien, lo cual me ayuda a aliviar el estrés».