Piensas en sexo todo el tiempo y estás hambriento por nuevas maneras de hacer las cosas que te gustan. Este año, podrás hacer que sucedan.
Juego de rol
Yo requería más especificaciones en la siguiente resolución de Erin, porque ella fue una aficionada de «Calabozos y Dragones» («Dungeons & Dragons») y no hay nada menos sexy que eso. Pero ella tenía listo todo un plan. «Me refiero a que podríamos vestirnos e ir a un lugar al que normalmente no vayamos, como el ballet. Llegaríamos por separado y pretenderíamos que no nos conocemos. Yo llevaría un vestido, pero sin ropa interior. Luego, durante el segundo acto, tendríamos sexo en el baño de mujeres». Yo respondí: «Me gusta todo el concepto, pero, ¿qué te parece si, en vez del ballet, nos vamos a un bar?». Erin lo meditó un momento y me dijo: «Siempre y cuando yo pueda usar mi vestido». Y, si puedo ser franco, esa respuesta es la clase de cosas que adoro de mi esposa: ella tiene la mejor disposición. Y no solamente eso sino que, contrario a lo que creía, no está en contra de todos los tipos de exhibicionismo. Únicamente se muestra en contra de una excursión sexual por la montaña y eso no es de sorprender si consideras que su idea de «vacaciones extremas» es quedarse en un hotel sin televisión por cable.
EVITA EL JUEGO SUCIO
«Adáptate al azar del juego de rol», dice la doctora Logan Levkoff, sexóloga y autora de How to Get Your Wife to Have Sex With You. «Seleccionen un escenario al azar, ninguno de los dos se verá presionado a escoger una fantasía que no esté dispuesto a revelar».
Cambio de papeles
Hasta este punto, nos habíamos movido a través de los preliminares y terminamos con la mitad de nuestra segunda botella de vino. Así que era momento de sacar un tema que me ponía muy nervioso: el cambio de papeles o «pegging». Alguna vez leí que los hombres podían tener orgasmos realmente intensos con la ayuda de un masaje de próstata. Un acto conocido como «ordeñar la próstata». La reacción de mi mujer no fue del todo reconfortante: «¿Me estás pidiendo que use un consolador con arnés? Porque la idea de pretender que poseo un pene definitivamente entra en la categoría de espantoso para mí». «Estoy de acuerdo», respondí yo. «¿Pero quieres ser penetrado?», me preguntó. «Eso suena demasiado dramático», contesté. Continuamos discutiendo el tema, de manera casual, durante varios minutos. Se mencionaron consoladores anales, vibradores y opciones de lubricantes. Me agrada la idea francamente por la manera en que va en contra del tabú del hombre heterosexual. Detestaba pensar que un tema de machismo me privaría de un gran orgasmo. Al mismo tiempo, mi hermano es homosexual, así que todo el tema, que llamaremos «juego del trasero», es algo tensionante. Erin podía notar que el tema me ponía ansioso, así que puso su mano en mi mejilla y dijo con calma: «Incluyamos ese punto en la lista y hagamos la anotación de ?proceder con precaución?».
ASEGURA UNA ENTRADA SUAVE
«Ninguna cosa que sea anal es para tomarse a la ligera», asegura Herbenick. «Tu pareja debe ir poco a poco, con el dedo metido en un condón o guante de látex lubricados, y solo cuando el ano esté muy relajado. Es como un masaje». Sugerencia: sé tan generoso como quieras con el lubricante; mientras más uses, mejor.