Bien dicen que al que no habla, dios no lo escucha, pero ten cuidado cuando te promuvas a ti mismo.
Aunque seas el único en la nómina de tu empresa de una sola persona o, bien, uno más en el engranaje de una multinacional, siempre debes promover tu producto al mismo tiempo que protegerlo, dice Jeff Beals, autor del libro Self-Marketing Power. He aquí una lista de errores y cómo debes evitarlos.
Mantente cool
Cuando la escritora Alice Hoffman se quejó por twitter de un crítico literario que habló muy mal sobre un libro que ella había escrito, la suya pareció una queja inmadura en vez de una réplica con argumentos. «A menos que alguien levante falsos en tu contra, no hagas caso», dice Beals. Si la persona tiene información equivocada, acude con ella en privado y acláralo. Los resultados serán mucho mejores.
No finjas
El ex candidato presidencial estadounidense Mike Huckabee escribió un artículo en 2008, en el cual desarrollaba sus posturas y políticas en torno a las relaciones exteriores de su país. El problema es que lo único que logró fue demostrar lo poco que sabía al respecto. Él mismo hizo evidente su ignorancia. Si te topas con un tema que te es poco familiar, abórdalo desde un punto de vista en el que seas experto.
Dirige la atención hacia otro lado
Cualquiera puede decir algo e, inmediatamente después, lamentar haber abierto la boca. Si te sucede, lo mejor es pedir una disculpa. Pero hazlo muy brevemente. Emite una declaración concreta en la que expliques que te equivocaste pero no profundices. Luego, inmediatamente habla de algo positivo. Por ejemplo, aclara que ese error no afectará tu desempeño futuro.
No toques fibras sensibles
El CEO de Google, Eric Schmidt, escribió un comunicado para apoyar la candidatura presidencial de Barack Obama en 2008. El problema es que sus ideas liberales desconcertaron a sus fans más conservadores. Hacer algo parecido puede resultar negativo para tu producto. Si puedes, sólo apégate a los temas que hagan más atractivo tu producto sin crear polémica.
Ríete de ti mismo, pero no demasiado
Si cometes una tontería que desata la risa de los demás, ríete con ellos. Una vez nada más. «No tiene sentido pedir disculpas por algo así; finalmente, no hay mucho que hacer en estos casos», dice Beals. Llamar más la atención al respecto sólo hará las cosas peores. Lo mejor es que sonrías y sigas adelante. Piensa que tus críticos siempre hallarán algo que atacar.