Un placebo puede funcionar aún cuando sabes que lo estás tomando. Entérate de algo que puede conservar tu salud.
Si eres receloso a las pastillas, pregunta a tu médico por una droga inocua (simulada). Investigadores de Harvard, en Estados Unidos, probaron esta antigua estafa en pacientes con síndrome de intestino irritable, dándoles ya sea una pastilla de azúcar o algún tratamiento parecido durante tres semanas. El giro es que en realidad no hay tal estafa -quienes tomaron el placebo fueron informados sobre la intención de los médicos. Aún así reportaron una mejoría de 59 por ciento en los síntomas, frente a sólo 35 por ciento del grupo sin tratamiento. El autor del estudio Ted Kaptohuk, dice que la gente con condiciones llamadas «autoinformadas» como dolor crónico, jaquecas, depresión e insomnio, son más propensas a sentirse mejor al usar un placebo, gracias a la fe en las corazonadas de sus doctores o al optimismo por estar haciendo algo. Tu médico puede querer comenzar con vitaminas o incluso algo tan simple como goma de mascar para detonar una mejoría y quizá eliminar la necesidad de una receta.