Excédete en el gimnasio y romperás algo más que tus fibras. Te decimos cómo cuidarte de terribles problemas que te puedes generar.
Hace unos años fui modelo de portada de Men`s Health. El año anterior estaba gordo. Decidí ponerme en forma por diversas razones que me motivaban. Uno, soy vanidoso. Dos, quería probar que las personas normales somos capaces de lograrlo (dejando el requisito de la vanidad aparte). Y tres, porque me hicieron una valoración cardiaca y encontré, para mi cardiaca sorpresa, que mi rápida vida terminaría en una rápida muerte si no comenzaba a practicar lo que predico. Me entrené todos los días durante seis meses, hice mi primer régimen alimenticio y obtuve el six pack del modelo de la portada, con todo y el excesivo orgullo, aumentado por mi problema. De verdad, nunca me había sentido más sano. Pero, para mi vergu?enza, parece que haberme deshecho de mi exceso de masa corporal puede hacerme más daño que beneficios.
De acuerdo a un pequeño pero creciente grupo de expertos, un ejercicio tan intenso puede ser peligroso para la salud. Esto fue como un balde de agua fría.
La idea de que el ejercicio puede ser perjudicial es difícil de racionalizar, especialmente en nuestra era de los vicios, cuando la Organización Mundial de la Salud estima que en 2015 70 millones de personas (un sexto de la población mundial) será obesa. ¿Están seguros de que el ejercicio prolonga más vidas de las que en realidad acorta? Para colmo, con los institutos públicos de salud desmoronándose ante la epidemia global de obesidad, ningún doctor va a permitir que algún paciente permanezca en un estilo de vida sedentario.
Para nuestra mala fortuna, parece que las cosas buenas en exceso también nos harán daño. A pesar de ser un asunto exclusivo de salud, resultó que mi arduo entrenamiento no fue la ruta de acción más saludable. De acuerdo con el doctor Arthur Siegel, una eminencia en el estudio de los efectos del ejercicio sobre el corazón y director de Medicina Interna en el Hospital McLean, en Estados Unidos, «educar a la gente acerca de cómo pueden limitar los riesgos del ejercicio puede salvar innumerables vidas.» No sólo la mía. «El peligro es el razonamiento popular de si es bueno, más es mejor, que resulta completamente falaz», apunta Siegel.
Reduce el exceso
Como sucede con las mejores cosas de la vida, mucho puede ser fatal. «Ejercitarse en exceso puede dañar nuestra salud», argumenta el doctor Kenneth Cooper, un hombre acreditado y culpado por fundar el movimiento de aerobics en la década de los sesenta. La definición de exceso depende de la edad, condición física, historia familiar, apariencia en Lycra, etcétera, de un individuo. Pero yo no tenía idea alguna de estar justo en una zona de peligro. «Excesivo» es entrenar para el Maratón o convertirse en Arnie, ¿cierto? En efecto, estaba haciendo mucho ejercicio, pero sólo corría hacia y desde la oficina, además de una rutina de una hora los cinco días de la semana. ¿Qué tanto es demasiado? «Si te ejercitas más de cinco horas a la semana en una intensidad alta, hay una probabilidad de que estés causando más daños que benefi cios», explica el doctor Cooper. Yo hacía justo el doble. Y me parece que unos cuantos de ustedes también.
Un estudio del American Medical Athletic Association Journal denuncia que «el ejercicio vigoroso es responsable de hasta un 17% de las muertes cardiacas repentinas.» Si eso es verdad, significa que la actividad extenuante precipita miles de muertes alrededor del mundo cada año, y no todas suceden por una explosiva combinación de Viagra más rubia despampanante.
¿Por qué sucede esto? Durante la actividad extrema, el cuerpo sana el daño muscular y puede reaccionar volviendo la sangre más espesa, explica el doctor Siegel. Para las personas con un bloqueo furtivo en las arterias coronarias, esta transformación sanguínea puede culminar en una muerte repentina. ¿Por qué la gente se expondría a este riesgo? «Una analogía que me gusta emplear es que el ejercicio intenso es como la cocaína. Ambos pretenden enganchar a quienes los buscan», apunta Siegel. «El ejercicio extenuante -igual que el uso de la cocaína? aumenta temporalmente a 10 veces más riesgo relativo de episodios cardiacos agudos en comparación con un estado de reposo. Las personas necesitan estar informadas sobre los riesgos de ambas opciones.»
Cuando los doctores recomiendan media hora de ejercicio durante tres días distribuidos en la semana, tienen un buen fundamento. Si piensas que el ejercicio es una medicina efectiva, aumentar la dosis de manera repentina y masiva puede ser grave.
La creciente popularidad de eventos de resistencia, como los maratones, triatlones y las reuniones para ver los juegos de la Selección Nacional significa que cada vez más personas están arriesgando su salud. Quienes necesitan ser más cuidadosos son los que están empezando de cero. Como yo.
No corras riesgos
Los deportes de resistencia no son para los débiles de corazón. La mayoría de los participantes en un maratón son gente ordinaria corriendo distancias extraordianrias. «Estos sujetos, por lo general, no entrenan lo suficiente y sus corazones manifiestan niveles de estrés sin precedentes justo después de la carrera», explica la doctora Malissa Wood, quien, junto al doctor Siegel, estudia el impacto de los deportes de resistencia en la salud. Han encontrado que, a pesar de que el ejercicio mejora la condición cardiaca en el largo plazo, las actividades de resistencia pueden sobreestresarlo en el corto plazo. «Los neófitos que no entrenan de la manera adecuada para una competencia de resistencia emprenden un viaje de esfuerzo que podría colocarlos en la vulnerable posición de un infarto cardiaco», advierte Siegel.
Después de todos los kilómetros que corrí, es natural que esto me tuviera preocupado, así que volví al hospital para realizarme pruebas. Por fortuna, nada había empeorado. ¿Toda esta plática es obsesiva, acaso? La comunidad médica está dividida. De hecho, los socios del doctor Siegel no se declaran capaces de concordar con los resultados de sus estudios. Fuera del récord, recibí un correo electrónico de uno de ellos. «Hola Dan, soy un investigador del artículo del ejercicio/maratón y soy un entusiasta de la actividad física», decía. «Estoy en total desacuerdo con las conclusiones del doctor Siegel. Puede estar exagerando acerca de los riesgos del ejercicio, pero no relaciones sus opiniones personales con el artículo.» Pedí una segunda opinión. «Aún no hay, en mi opinión, razón para alarmarse», afirma el cardiólogo Paul Thompson. «Yo aún le recomiendo a mis pacientes que corran.»
En respuesta a esto, el doctor Siegel hace un recuento de sus estadísticas más recientes: 2006 no fue un buen año para quienes creen que correr mejora su condición cardiaca. De hecho, pudo haber sido el peor año desde 1984, cuando Jimmy Fixx -la celebridad que revolucionó el fitness en Estados Unidos y puso a todo el mundo a correr, murió de un infarto a los 52 años. Mientras trotaba. «Entrénate con todas las de la ley», dice Siegel, veterano del maratón. «Sólo no compitas.»
Uso y desgaste
La investigación del doctor Siegel es controversial. Pero lo que está más allá de todo cuestionamiento es el hecho de que la actividad física produce desgaste óseo y articular. «El deterioro de las articulaciones provocado por las actividades de alto impacto pueden tener efectos profundos en el largo plazo sobre la movilidad y libertad de movimiento», señala la doctora Belinda Gabbe, eminencia en medicina del deporte.
Los corredores amateur subestiman el impacto que sufren sus cuerpos al correr. «Los competidores de un maratón son personas delgadas que corren durante dos horas seguidas», dice Richard Sinnerton, consultor ortopédico en el Hospital de Londres. «Cuando corres, un impacto equivalente a cuatro o cinco veces tu peso recae sobre tus piernas, y se absorbe en alguna parte. Vemos cada vez más pacientes jóvenes que requieren reemplazos articulares, en gran parte por el ejercicio. Tienen un corazón y pulmones increíbles, pero sus caderas y rodillas están para la basura.»
Y ahí vienen las lesiones deportivas. Rodilla de corredor, codo de tenista… el deporte y sus respectivos impedimentos son tan inseparables que han generado un nuevo léxico. De acuerdo con el Ministerio de Salud, sólo en Reino Unido hay 700,000 admisiones hospitalarias de urgencia relacionadas con el deporte. La gran mayoría son hombres cercanos a los 30 años. Sin embargo, hay millones que no reciben atención médica.
Muchos expertos en salud consideran que las lesiones deportivas conllevan la peor de las amenazas: subir de peso. «Es el escenario de todos los días», explica el doctor Jay Irrgang, especialista en deporte. «Un hombre sano y activo se lastima el tobillo y debe dejar el ejercicio por un tiempo. Muy pronto habrá ganado peso y habrá perdido tono muscular. La lesión en sí misma no es tan grave, pero es el punto de partida de la espiral descendente.» El cuerpo se acostumbra a la actividad física y metaboliza la comida de la manera correspondiente. Si la actividad se detiene, el cuerpo no puede ajustarse al cambio y la gente ingiere en función de su hambre.
Elimina la obsesión no saludable
Para mí, el problema de la lesión no sólo era físico, sino mental. Cuando me tronaba una costilla en el entrenamiento de box, pensaba si habría más cosas que hubieran tronado. Me frustraba la idea de no poder hacer ejercicio. No hagas enojar a Hulk. Mi transformación fue de hombre normal con suscripción al gimnasio a criatura nativa de la caminadora. Comencé a comprar mis alimentos de acuerdo a la información nutricional de las etiquetas. Dejé de ir con mis amigos porque las cervezas podrían interferir con mi entrenamiento. Me preguntaba si había un gimnasio que abriera en Navidad. Sí lo hay.
Sí, había logrado tener mi abdomen de lavadero, y me sentía más bueno que nunca. Podemos volvernos adictos al torrente de endorfinas que el cuerpo produce con la actividad física. «El cuerpo se hace dependiente de un determinado nivel de actividad», explica el profesor de psicología Robert Thayer. Justo como sucede con el café, el licor o el porno intenso, pronto desarrollamos una resistencia biológica y necesitamos mayores cantidades para obtener el mismo efecto.
Saber cuándo hemos llegado al justo medio con el ejercicio es importante, cuando tenemos un balance armonioso entre la vida y la actividad física. Fácil de decir, pero no tanto de practicar. Vino rojo, tofu, sexo, todo esto es bueno en cantidades moderadas. Pero antes de que nos demos cuenta, podríamos estar participando en una junta de AA o algún círculo vegano en los Himalaya.
Después de que me recuperé de mi lesión en la costilla miré a mi alrededor en el gimnasio y pude reconocer a los adictos. Me saludaban con la cabeza, como si yo fuera uno de ellos y compartiera el código. Era momento de abandonar el barco.
Eso no quiere decir que haya cesado el ejercicio. Sólo controlé el tiempo invertido. En vista de todos los riesgos enunciados antes, cada uno es minúsculo en comparación con los factores de riesgo masivo asociados con el asesino en serie de la década: la obesidad. Hacer algo de ejercicio siempre será mejor que no hacer nada, pero ahora debemos preocuparnos por limitar el daño. Aún corro todos los días, pero ya no lo hago para trasladarme a la oficina. Aún me alimento de manera saludable, pero dejé de tomar los 12 suplementos de vitaminas con sabor rancio y mi licuado viscoso de proteína. Aún conservo mi lavadero pero también conservo los tornillos en su lugar.
«Los beneficios del ejercicio sobrepasan por mucho a los riesgos, pero es importante que estés consciente de ellos», advierte el doctor Wood. Así que, todo con moderación es el régimen más saludable de todos, y uno que estoy dispuesto a seguir… después de convertirme en el próximo Hombre de Hierro.