Por lo general, suelen existir dudas con respecto a si el dolor de coxis debe tratarse con medicamentos, terapia o simplemente esperar a que pase con el tiempo y en Men’s Health tratamos de resolverte estas dudas con ayuda de especialistas en el tema.
Los especialistas de Mayo Clinic dicen que, si bien el dolor del coxis puede resultar incómodo, se pasa por sí solo en cuestión de algunos meses. Mientras tanto, existen algunas medidas que se pueden tomar para reducir el dolor.
Pero también debes tener en cuenta que, si el dolor dura más de dos meses, o si empeora a pesar de los cuidados, es necesario que vayas a visitar a tu médico para que evalúe la situación.
¿QUÉ ES?
El coxis, o rabadilla, es la estructura ósea que está al final de la columna vertebral y ayuda a sostener el piso pélvico.
A este tipo de dolor se le conoce como “coxigodinia” y las personas que la padecen normalmente sienten un dolor sordo en la zona o alrededor de la misma.
El dolor puede volverse más agudo o intenso después de estar sentado o parado durante un largo rato, al tener relaciones sexuales, al orinar o incluso al defecar.
De acuerdo con el Dr. David Bell, especialista de Medicina Interna para la Comunidad de Mayo Clinic, son varias las situaciones que pueden llevar a sufrir un dolor de este tipo.
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¿QUÉ PROVOCA EL DOLOR DE COXIS?
Comúnmente, el dolor es consecuencia de alguna lesión fruto del traumatismo sufrido durante una caída. El dolor del coxis también puede presentarse después de haber permanecido sentado sobre una superficie dura por un periodo de tiempo muy largo o en un asiento mal ajustado o que se mueve mucho.
En otros casos, el dolor también puede ser producto de los cambios en la postura sentada que vienen con la obesidad o la vejez.
Cabe resaltar que este padecimiento, rara vez, es consecuencia de algo más grave, como una infección, un tumor benigno o un cáncer.
¿CÓMO TRATAR EL DOLOR DE COXIS?
Generalmente esta molestia no requiere de ningún tratamiento médico. No obstante, al estar sentado, se recomienda intentar lo siguiente para disminuir el dolor:
sentarse completamente recto manteniendo la espalda firmemente apoyada en la silla, con las rodillas al mismo nivel que las caderas, los pies sobre el piso y los hombros relajados.
Los especialistas de Mayo Clinic nos comparten que, aunque lo mejor es evitar acomodarse sobre superficies duras, una superficie demasiado acolchada puede hacer que te hundas de forma poco natural y dolorosa, lo cual tampoco es ideal.
Por esta razón, es mejor escoger una silla que brinde apoyo y tenga un acolchado moderado.
Si el dolor no se alivia con estos cambios, la opción es que te inclines hacia adelante mientras te encuentres sentado para redistribuir el peso. Sentarse sobre un cojín con hueco en el centro o en una cuña con forma de V también puede ayudar a redistribuir el peso a fin de no apoyar todo sobre la zona dolorosa.
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OTRAS FORMAS DE CALMAR EL DOLOR DE COXIS
Otras formas en las que puedes ayudar a tu cuerpo a sentir un alivio de ese dolor son aplicando calor o hielo sobre la zona dolorosa y tomar analgésicos de venta libre.
Continúa realizando estas técnicas hasta que el dolor desaparezca. En muchos casos éste disminuye hasta desaparecer en el transcurso de varias semanas o meses y solamente una minoría es la que dura más tiempo.
Sin embargo, si tu dolor dura más de dos meses o empeora aún cuando ya te encuentras siguiendo estas medidas, acude con tu médico de confianza para que te realice la evaluación necesaria y así descartar otras posibles causas.
En el caso de un dolor del coxis crónico, vale la pena consultar con un especialista en medicina del dolor o en medicina física y rehabilitación.
En caso necesario, el tratamiento del dolor crónico posiblemente incluya aprender técnicas para relajar el piso pélvico, recibir fisioterapia o someterse a una manipulación del coxis que normalmente se hace a través del recto.
Una inyección de anestésico y corticosteroides también puede ayudarte en casos severos o persistentes. Estas inyecciones normalmente las administra un anestesiólogo o algún otro experto en el manejo del dolor.
Como último recurso para quitar este dolor y únicamente cuando se trata de casos graves se considera una intervención quirúrgica. Esto debido a la posibilidad de sufrir complicaciones considerables.
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