En general, empieza como un resfriado sin importancia.
Empieza como un resfriado sin importancia. Sin embargo, con los días, se siente un dolor fuerte y punzante en el oído y se comienza a escuchar mal. En ese momento, se recomienda ir al médico. Lo más probable es que se trate de una inflamación del oído medio, que no sólo es desagradable, sino que, si no se la trata, puede derivar en importantes complicaciones.
Este tipo de inflamación se produce cuando hay virus o bacterias de la nariz o la faringe que llegan al oído medio, que se encuentra localizado justo detrás del tímpano. Las infecciones suelen comenzar así: se contrae un virus, éste inflama la mucosa de la trompa de Eustaquio (que va desde la mitad del oído hasta la parte posterior de la garganta) y allí se genera una infección bacterial importante, ya que con el bloqueo el oído medio ya no se ventila de forma satisfactoria.
Los síntomas de una inflamación del oído medio son fuertes dolores sumados a una pérdida de la audición. Si se trata de una infección viral, se la puede tratar con analgésicos y antiinflamatorios. Si se trata de una infección bacteriana, hay que tomar un antibiótico, a más tardar cuando, dos o tres días después, los síntomas no mejoraron. De esta forma, se evitan complicaciones.
Una infección del oído medio mal tratada puede tener consecuencias graves. Puede extenderse hacia el sistema vestibular, relacionado con el equilibrio, dañar el nervio facial o conducir a una mastoiditis, una infección de la apófisis mastoides o hueso mastoideo del cráneo, localizado justo detrás del oído, que deberá ser operada. Si la infección alcanza al oído interno, puede derivar en la pérdida de la audición, y si llega hasta el hasta cerebro puede correr riesgo la vida.
Los médicos recomiendan por ende no esperar demasiado con la ingesta de antibióticos en caso de una infección bacteriana. Muchas veces se llega a la mastoiditis porque no se trató la infección del oído medio de forma correcta, o se tomaron dosis de medicina menores de lo necesario.
Por eso se recomienda no tratar el dolor de oído con remedios caseros como trocitos de cebolla sin consultar antes a un médico. Cuando duele el oído, no se sabe por qué duele. Un tímpano hinchado y enrojecido, con una secreción purulenta, suele ser indicio de una infección bactariana. Y eso sólo lo puede ver un médico mirando dentro del oído.
Lo mejor es, por supuesto, no contraer una infección del oído medio. Aunque suene raro, el riesgo se reduce si, en vez de sonarse todo el tiempo la nariz, se inspira en parte el moco. Cuando uno se suena la nariz, aumenta la presión, lo que puede hacer que los agentes patógenos pasen de la nasofaringe al oído medio, y eso puede fomentar la aparición de una infección. Por eso, los médicos recomiendan en caso de un resfrío el uso de gotas para soltar el moco, mantenerse abrigado y usar una gorra en la cabeza.