Pon atención si el sangrado dura demasiado.
Cuando después de, por ejemplo, una herida, el sangrado dura más que en el resto de las personas, esto podría indicar una enfermedad de la sangre, la hemofilia. Cuando se sufre esta enfermedad, la coagulación de la sangre está alterada. Por eso los afectados deberían acudir al médico si observan que el sangrado tarda en detenerse. En casos graves, pueden aparecer hemorragias internas sin motivo reconocible, sobre todo en las articulaciones.
Las variantes más graves de hemofilia suelen reconocerse ya en bebés dado que, por ejemplo, forman hematomas con facilidad. Esta enfermedad suele ser hereditaria. El tratamiento consiste en suministrar el factor que falta para que la sangre coagule. Dependiendo de la gravedad, se suministra según requerimiento -por ejemplo, tras un sangrado– o regularmente de forma preventiva.