Súmale estas recomendaciones a los avances tecnológicos que aumentan la eficiencia de tu vehículo y gastarás menos.
En tiempos en los que el precio del combustible sube todo el tiempo, el consumo se ha convertido en un factor importante a la hora de conducir. Los fabricantes reaccionaron desde hace años a las necesidades de ahorro exigidas por los consumidores y cambiaron, sobre todo, los motores. Los propulsores modernos no solo consumen menos combustible, sino que ofrecen más potencia a menores revoluciones.
Los motores diesel actuales alcanzan su máximo ya a partir de unas 1.750 revoluciones. También los nuevos motores turbo de gasolina ofrecen buena potencia a partir de 2.000 revoluciones para que así los conductores puedan cambiar pronto de marcha.
Pero aunque los nuevos motores son eficientes y permiten ahorrar, la forma de conducir es uno de los factores que más influye para el consumo. Un manejo eficiente es acelerar rápido, cambiar velozmente de marcha para poder circular con menores revoluciones y mantener al máximo la velocidad elegida.
La marcha correcta en el momento correcto tiene una influencia directa en el consumo de combustible, por ello se recomienda siempre circular a la marcha más alta posible. Según el tipo de motor y la transmisión, los conductores ahorran entre un diez y un 20 por ciento en comparación con marchas más bajas. En cambios manuales, el conductor es el responsable; en el cambio automático, la tecnología, pero también ésta puede aprender, ya que tras un tiempo se adapta al modo de manejo.
Los motores modernos ofrecen a menudo una función de navegación que consiste en que cuando el conductor levanta el pie del acelerador, se activa el cambio automático y el motor se apaga.
"También un arranque sensible y mantener una velocidad constante reducen claramente el consumo", dice el piloto y profesor de conducir Stefan Landmann. "sale especialmente caro conducir trayectos cortos. En los primeros kilómetros, tras el inicio en frío, un coche normal puede llegar a consumir hasta 30 litros de combustible", explica. Para circular bien, un diésel necesita más combustible al menos en la fase de calentamiento.
También los vehículos híbridos pueden consumir mucho en caso de una conducción equivocada. El generador para la creación de corriente funciona permanentemente a través de la correa trapezoidal, por lo que el conductor no tiene ninguna influencia en ello. Pero cuanta más corriente tiene que producir el generador, más aumenta la resistencia al giro y el motor de combustión debe usar para el motor más potencia. Cien watts corresponden aproximadamente a 0,1 litros de combustible por cada 100 kilómetros.
Los conductores jóvenes pronto se sensibilizan con el ahorro, ya que desde hace años se enseña y se examina en muchas escuelas sobre la conducción ecológica y económica tanto en la teoría como en la práctica. "Los examinadores prestan atención al manejo que cuida el medioambiente", dice el profesor Kurt Bartels. Por ello los estudiantes suelen circular mucho en cuarta marcha. Todo ello se valora a la hora del examen, así como arrancar con menos acelerador y hacer que el coche ruede de forma constante, que son ejercicios para aprender a manejar con un consumo menor de combustible.
"Los conductores novatos aprenden la conducción eficiente muy rápido. Inmediatamente lo asumen como una normalidad, porque no conocen otra cosa", dice Bartels. A veces hasta los padres se sorprenden del novedoso estilo de sus hijos, ya que les parece raro circular en cuarta a 50 km/h, pero los jóvenes están convencidos. "La mayoría de alumnos conduce tras el examen de forma más consciente que sus padres", dice Bartels.
Incluso para pilotos de competición como Stefan Landmann, la eficiencia a la hora de conducir es una tarea habitual. En una carrera de larga distancia, por ejemplo, recibe por radio la orden de su equipo de aumentar las marchas durante un determinada parte del recorrido para ahorrar combustible. Así puede hacer una vuelta al circuito más sin tener que repostar y con eso no sólo ahorra, sino que gana tiempo.