Quisimos ahondar en el tema del dinero y la pareja, qué es lo que pasa con las compras. Esto fue lo que respondió la mayoría.
Si mi pareja compra algo caro, me molesta si…
Y claro, lo has vivido. Sales a comprar un gadget, por ejemplo, que a ella le parece caro e inútil y, encima, dices nunca tener dinero o te niegas a pagar cosas importantes. Como es lógico, esto molesta a la mayoría: al 39.3 por ciento. Otro 34 por ciento porque además tienes deudas y no las atiendes. Pero a 25 por ciento le da igual, opina que es tu dinero. Tú sabrás lo que haces con él.
Si mi pareja compra algo que me parece caro o inútil…
Ahora, cómo te lo hacemos saber. Un 58.6 por ciento dice que escucha y trata de comprender por qué tomaste esa decisión. Pero el siguiente porcentaje alto, 21 por ciento, señala que te lo menciona pero sabe que volverás a hacerlo. Te conocemos. El seis por ciento sabe que no vas a escuchar. Y 11.8 por ciento prefiere quedarse callada antes de que tú le eches en cara sus gastos. Y no olvidemos a 3.8 por ciento que no diría nada siempre y cuando le compres algo caro también.
El dinero que yo gano…
¿Y cómo lo utilizamos? El 71 por ciento no comparte cuentas, maneja sus ingresos tomando una parte para los gastos conjuntos y reservando lo demás para sí misma. Lo mismo, en igual porcentaje, dijeron ustedes. El 13 por ciento general cree que debe ponerse en una cuenta conjunta con el de su pareja. El seis por ciento de hombres y 1.3 por ciento de ellas se lo entrega a su pareja para que lo administre. Y en esta era de cambio de roles, 5.5 por ciento de los hombres guarda su dinero para sí mismo esperando que ella cubra lo de los dos.
Claves de éxito
Cuentas claras. El dinero puede mover o trazar muchos conflictos. Se debe aclarar el punto antes de que compartan una casa. Por otro lado, no todo es dinero. En ocasiones, como producto de una distorsionada imagen de poder, solo se le otorga valor real al dinero o a lo que con él se consigue. Sin embargo, existen actividades, tareas o acuerdos que implican la inversión de tiempo, organización, capacidad de resolver problemas y actividades que en ocasiones se convierten en tareas invisibles y, por ende, gratuitas. Por lo tanto, la opción viable es que, como pareja, reconozcan criterios de valor real.
Tomen un día al mes o cada 15 días para tomar decisiones financieras. Que no sea parte de su rutina. Denle un espacio y permitan que cada uno tenga voz y voto. Lo importante no es quién gana más.
Hagan una especie de balance general en el que anotan físicamente sus gastos, sus ingresos y tomen decisiones. Tratando de equilibrar de manera justa.
Si has decidido ser proveedor y ella tiene ingresos decorosos, planteen que cubra algo específico anualmente, como unas vacaciones para ambos, mejoras para su casa, etc. Debe colaborar, son una pareja.
Cuando hay una discusión eviten sacar a colación el tema económico, pues lo convertirán en el detonador de sus peores conflictos.