Según la ciencia, comprar una televisión de pantalla plana baratísima te puede excitar tanto como el sexo.
Escoger entre ir de compras y tener sexo parece una decisión fácil. Sin embargo, cualquiera que haya salido de una tienda departamental con una pantalla plana gigante, luego de pagar solo la mitad de su precio, podrá asegurarte que aprovechar las ofertas también se siente bien.
De hecho, un estudio de la Universidad de Michigan indica que encontrar ofertas puede sentirse tan placentero como el sexo.
Al escasear los cerebros de los compradores, los científicos descubrieron que algunas de las áreas que se activan al tener sexo, también lo hacen cuando estás a punto de pagar tus compras.
Esto se deriva de nuestra evolución:
«Regiones cerebrales que originalmente respondían a recompensas placenteras básicas, como comida o sexo, han sido asociadas a tareas más modernas, como comprar», señala el doctor Scott Rick, profesor de marketing en la Universidad de Michigan.
Tu cerebro libera dopamina, la hormona de la felicidad, durante el sexo, pero también cuando encuentras productos a bajos precios, muy similar a la sensación que tus ancestros de las cavernas sentían cuando encontraban una gran cantidad de comida en un ambiente hostil. , explica el doctor Daniel Kruger, profesor en la Universidad de Michigan.
Así que, comprar algo a muy buen precio puede sentirse orgásmico. Sin embargo, hay un gran problema: los mercadólogos lo saben y lo usan a su favor. Te hacen creer que estás aprovechando una gran oferta, cuando en realidad no lo es así.
¿Alguna vez has visto un letrero en las tiendas que dice «¡Se agotan las mercancías!». Eso puede o no ser cierto, pero por la manera en la que estamos programados, entras a la tienda a averiguarlo, explica Kruger.
En el pasado, el que las provisiones se terminaran podría ser de vida o muerte, comenta.
Eso también aumenta tu deseo de almacenar cosas. Los mercadólogos apuestan a las zonas de placer de tu cerebro al ponerte en frente ofertas como «llévate tres y paga uno» o «lleva dos por el precio de uno».
Y esto no termina ahí. Aquí hay varios trucos de venta comunes:
NO CONFÍES EN TU NARIZ
Cuídate de una tienda que huele bien: en 2011, investigadores australianos encontraron que aromas agradables pueden incrementar el placer de los compradores, lo que provoca que pasen más tiempo en las tiendas.
Esta táctica funciona especialmente bien cuando en la tienda reproducen música conocida. Combinadas, estas tácticas estimulan tus sentidos (y abren tu cartera) en un 35%, según el consultor en ventas, Martin Lindstrom, autor de Brainwashed.
ENCONTRAR SEÑALES DE MACHO
Los vendedores saben que te consideras Superman. Es por eso que algunas tiendas utilizan muebles desgastados para su decoración, esto crea una idea de descuido.
Este tipo de lugares hacen que los hombres se sientan rebeldes y se decidan a gastar más dinero, explica Lindstrom.
La puerta de un probador que llega hasta el techo, también transmite poder de macho:
«Sabemos que si los probadores tienen esta característica, los hombres compran 8% más ropa», indica Lindstrom.
Así que, si llevas algún tiempo revisando los precios de un producto que quieres y encuentras una oferta increíble, date el gusto y disfruta como te sientes después de comprarlo.
La puerta de un probador que llega hasta el techo, también transmite poder de macho. «Sabemos que si los probadores tienen esta característica, los hombres compran 8% más ropa», indica Lindstrom.
Así que, si llevas algún tiempo revisando los precios de un producto que quieres y encuentras una oferta increíble, date el gusto y disfruta como te sientes después de comprarlo. Pero, si lo que quieres es tener tu cartera llena, mantén a raya al cavernícola que llevas dentro.